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El Tribunal de La Haya ordena a Israel que evite actos de genocidio en Gaza, pero no le reclama el alto el fuego

Los jueces de la ONU se han pronunciado sobre las medidas cautelares pedidas por Suráfrica contra el estado hebreo

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Los jueces de la Corte Internacional de Justicia dictaminan medidas de emergencia contra Israel

BarcelonaEl Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) de la ONU ordenó a Israel que "debe tomar las medidas a su alcance para evitar un genocidio" de los palestinos de Gaza, pero no pidió un alto el fuego. Más bien le ha sacado una tarjeta amarilla. El tribunal se ha declarado competente en el caso en que Sudáfrica acusa a Tel-Aviv de cometer un genocidio en Gaza, por lo que el proceso continuará, en contra de lo que pedía el gobierno de Benjamin Netanyahu, que quería que quedara archivado.

También ha exigido la liberación de todos los rehenes israelíes retenidos por Hamás en la Franja. Los magistrados han resuelto que existen indicios de genocidio, que los palestinos forman un grupo amparado por la Convención contra el Genocidio de 1948, que Israel debe permitir el acceso de ayuda humanitaria a Gaza y que deberá informarle en plazo de un mes de las medidas que ha adoptado.

La presidenta del TIJ, la jueza Joana Donoghue, admitió que "es perfectamente consciente de la magnitud de la tragedia humana en la región" y que está "muy preocupada por la continuada pérdida de vidas y sufrimiento humano". La resolución recuerda las informaciones de los organismos de la ONU: más de 27.000 asesinatos, 1,7 millones de desplazados por la fuerza dentro de Gaza y el 97% de la población sin acceso a alimentos después de casi cuatro meses de guerra, una generación entera de criaturas traumatizadas o la destrucción masiva de hogares, escuelas, hospitales y otras infraestructuras civiles críticas. "Informes internacionales confirman que Gaza se ha convertido en un sitio de desesperación y de muerte", apunta la resolución.

Donoghue también se refirió a las declaraciones "deshumanizadoras" del ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, que habló de los palestinos de Gaza como de "animales humanos" y que ordenó cortar la entrada de agua y alimentos en la población de la Franja. Y citó otras declaraciones de altos cargos del gobierno israelí en el mismo sentido. El tribunal confirmó que los palestinos, colectivamente, tienen derecho a ser protegidos de un genocidio.

Sin alto el fuego

Los jueces han aceptado la mayoría de los argumentos de Suráfrica: el tribunal tiene jurisdicción en el caso y se ha demostrado que existen indicios de genocidio. Lo que no han admitido es la llamada al alto el fuego. Sin embargo, Israel tiene algunas exigencias sobre la mesa: incrementar la ayuda humanitaria a Gaza y demostrar en el plazo mencionado de treinta días que, efectivamente, ha tomado medidas para evitar el genocidio.

Suráfrica, con muchos vínculos con Palestina, había pedido al TIJ una serie de medidas cautelares para prevenir el exterminio de la población de la Franja, la más importante de las cuales era un llamamiento al alto el fuego. Hamás se había comprometido el jueves a respetarle. Pero la resolución no ha ido tan lejos y entre muchos palestinos existe un sentimiento de doble vara de medir. En los últimos conflictos, como la invasión rusa de Ucrania o los ataques de Birmania contra la minoría rohingya, el propio organismo sí lo exigió, y de forma inmediata, e impuso sanciones a los estados agresores. Sin embargo, este criterio no ha funcionado ahora con Israel.

Javier Chinchón, profesor de derecho internacional de la Universidad Complutense, explica al ARA las luces y sombras de la decisión del tribunal: "Se puede valorar positivamente en general, pero también presenta varias sombras no menores. En los hechos creo que lo más positivo es la cuarta medida que ordena, puesto que supone la obligación de Israel de poner fin inmediatamente a las condiciones que hacen la vida casi imposible en Gaza. En el lado más negativa, destaca la ausencia de cualquier argumentación que justifique porque no se ha ordenado, también, la suspensión de las operaciones militares en Gaza, aunque fuera condicionada a un lógico acuerdo en este mismo sentido por parte de Hamás, en otras palabras, se permite que estas operaciones militares continúen siempre que no impliquen violaciones de la Convención contra el Genocidio, que al final es lo que mantiene Israel: que en ningún caso con lo que ha hecho o hace está violando esta Convención”.

En cambio, Claudia Jiménez, profesora de Derecho Internacional de la Universidad Autónoma destaca que "el tribunal ha dado validez de prueba a todos los informes de la ONU, que hablan de genocidio, y no a las pruebas que ha presentado Israel" . También el hecho de que a partir de estas pruebas consideró que es "plausible" el crimen de genocidio atribuido al ejército Israelí. "Lo que no puede ser es que en el marco de un conflicto armado –el tribunal se refiere a Hamás como un grupo armado, no habla de terrorismo– un ejército aproveche para cometer un genocidio, y el tribunal ha dicho que puede que esto esté ocurriendo", añade. La resolución es casi unánime (sólo un juez además de lo designado por Israel se ha pronunciado en contra) y, según la jurista, mantiene la línea jurídica que considera Israel, que como potencia ocupante, tiene la responsabilidad de lo que ocurre con la población ocupada. Los jueces, pues, no han aceptado los argumentos de Israel que atribuían a las víctimas civiles a que Hamás los utiliza como escudos humanos.

Reacciones

El primer ministro Israelí, Binyamin Netanyahu, ha reaccionado a la sentencia de forma desafiante. En un mensaje de vídeo ha dicho que su país "lucha una guerra como ninguna otra" y ha insistido en que "Israel continuará defendiéndose y defendiendo a sus ciudadanos, respetando el derecho internacional". En el lado israelí, su ministro de Seguridad Nacional, ltamar Ben-Gvir, calificó el tribunal de antisemita.

Hamás ha declarado que la resolución "contribuye a aislar a Israel ya exponer sus crímenes a Gaza" y ha instado a Israel a respetar las medidas dictadas por el tribunal. El gobierno de la Autoridad Palestina ha reaccionado diciendo que la resolución demuestra que "Israel no está por encima de la ley".

El gobierno de Sudáfrica ha hablado de victoria legal, pero ha advertido que no ve cómo se pueden implementar las medidas: "¿Cómo se puede hacer llegar ayuda y agua a Gaza sin un alto el fuego?", ha dicho Naledi Pandor , el ministro de Exteriores, a las puertas del tribunal. "Si lees la resolución, implica que debe haber un alto el fuego".

El TIJ, pues, ha dictado una resolución histórica crítica para la credibilidad del sistema de derecho internacional humanitario. El 29 de diciembre, Suráfrica presentó la demanda en la que acusaba a Israel de violar la Convención del Genocidio de 1948 por los bombardeos sobre Gaza. Pretoria pidió también medidas de emergencia para prevenir que se complete el exterminio o desplazamiento forzado de los palestinos de su territorio.

Israel rechazó las acusaciones como difamatorias y argumentó sobre su derecho a la autodefensa, afirmando que su objetivo es Hamás y no los civiles. La resolución de hoy no es pues sobre el fondo del caso (si Israel es un estado genocida), que tardará años en resolverse, sino sobre estas medidas de emergencia.

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