La nueva excusa de Netanyahu para torpedear una tregua con Hamás

El primer ministro de Israel considera de repente que es clave seguir ocupando al corredor Philadelphi pese a que la cúpula de defensa le contradice

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Niños palestinos en una zona bombardeada por Israel en Deir Al Balah, en el centro de Gaza, este jueves.

El CairoCon ademán de profesor universitario y un puntero en las manos incluido, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha citado a la prensa esta semana en dos ocasiones, una en hebreo y la otra en inglés, para explicar de forma poco convencional la su última obsesión en Gaza y el nuevo escollo que ha elegido para bloquear las negociaciones de alto el fuego y de intercambio de prisioneros con Hamás: la frontera entre la Franja y Egipto.

Durante la comparecencia, Netanyahu mostró un mapa de Gaza donde aparecían flechas indicando la supuesta entrada de dinero, armas y combatientes desde Egipto hasta la Franja, y señaló que es un imperativo estratégico que el ejército israelí permanezca en la frontera entre ambos territorios para garantizar la seguridad futura de Israel. Tres días antes, el gabinete de seguridad que lidera había apoyado de forma casi unánime a esa misma propuesta.

El primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, muestra un mapa de Gaza en una rueda de prensa.

Poco después de la rueda de prensa, sin embargo, fuentes cercanas a las negociaciones entre Israel y Hamás lamentaron que la negativa frontal a abandonar el corredor entre Egipto y Gaza amenaza con torpedear una vez más el avance de las conversaciones. Además, la cúpula de defensa de Israel ha contradicho las tesis de Netanyahu sobre esta frontera y ha recomendado priorizar un acuerdo, lo que ha generado un fuerte malestar social con el primer ministro y su agenda política.

La actual ronda de negociaciones, con la mediación de Egipto, Qatar y Estados Unidos, se impulsó a mediados de agosto en un intento de alcanzar una tregua en Gaza que contribuyera a frenar la escalada de violencia en la región causada por el asesinato israelí del líder político de Hamás en Teherán y de un alto cargo del movimiento libanés Hezbollah en Beirut. Los dos grandes puntos de desacuerdo son ahora el intercambio de prisioneros y, por vez primera, el control de la frontera entre Egipto y Gaza.

Para justificarse, esta semana Netanyahu ha defendido de forma activa la necesidad de que el ejército siga ocupando el corredor que separa a Egipto de Gaza, conocido como el eje Saladino o Philadelphi, para cumplir sus objetivos bélicos. También ha afirmado que retirarse permitiría a Hamás importar armas, munición y materiales de uso militar en la Franja, y que les abriría incluso la puerta a transferir a los rehenes que retienen fuera del enclave palestino a través de 'Egipto.

Una nueva prioridad

Sin embargo, en los diez meses previos Netanyahu nunca había considerado que el control del corredor entre Egipto y Gaza fuera uno de los principales objetivos de la ofensiva militar en la Franja, y éste ni figura en el acuerdo marco negociado con Hamás. Además, el eje Saladino fue la última parte de Gaza al ser ocupada por el ejército israelí durante el asalto terrestre a la Franja, no el primero. Y el ministro de Defensa del país, el jefe del ejército y los directores de sus dos principales agencias de inteligencia han contradicho a Netanyahu y han afirmado que existen alternativas.

Las declaraciones del primer ministro israelí también han irritado a Egipto, que considera que Netanyahu está poniendo el foco en la única frontera de Gaza que no controlaba Israel antes de la ofensiva en la Franja para torpedear un acuerdo de alto el fuego y de intercambio de prisioneros y para sacudirse la responsabilidad que le corresponde de las capacidades militares exhibidas por Hamás.

En este sentido, en el marco de su agresiva campaña antiterrorista en la península del Sinaí, Egipto ha creado en la última década una zona almohada de cinco kilómetros de profundidad a lo largo de toda la frontera con Gaza, fuertemente militarizada, ha destruido cientos de túneles que la atravesaban y la ha reforzado con dos muros, lo que ha dificultado mucho cualquier movimiento. Además, el estatus de la frontera está regulado por el acuerdo de paz de 1979 entre Egipto e Israel, por lo que cualquier cambio requiere un acuerdo mutuo, como ha ocurrido tres veces en el pasado.

Por otra parte, Israel no ha aportado públicamente ninguna evidencia de actividad significativa y reciente de contrabando a través de la frontera entre Egipto y Gaza. Y Hamás admitió que la mayoría de las armas y munición de su arsenal son de producción doméstica y en gran medida fabricadas utilizando materiales procedentes de la extensa destrucción de infraestructuras provocada por Israel.

Protesta en Tel-Aviv el 5 de septiembre para presionar al gobierno para un acuerdo de paz en Gaza.

En Israel, la insistencia de Netanyahu en priorizar el control del eje Philadelphi a un intercambio de prisioneros ha dado cierto impulso a las protestas que piden un acuerdo para liberar a los rehenes, ya que la introducción de este nuevo escollo ha coincidido con la noticia del reciente asesinato de seis nuevos cautivos israelíes por parte de Hamás. En este sentido, el movimiento palestino insiste en que sólo liberará a rehenes en el marco de un acuerdo. Y casi todos los que se hallaron muertos el pasado sábado debían ser entregados en la primera fase del acuerdo que Netanyahu bloquea.

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