Padres de los soldados israelíes reclaman a Netanyahu que no entre en Rafah: "Es una trampa mortal"

Los combates se intensifican en el norte y en el sur de Rafah, pero también en el campo de refugiados de Jabalia, en el norte

ARA
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Familias palestinas huyen de rafah ante la inminencia del asalto final del ejército israelí.

BarcelonaEl ejército israelí aumenta la presión sobre Rafah. Una semana después de ordenar la evacuación de la población, frente a la inminencia de un asalto anunciado por activa y por pasiva, este lunes soldados israelíes protagonizaban intensos combates en el norte de la ciudad, mientras en el sur otras unidades militares con tanques también avanzaban. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) seguían estrechando el círculo sobre la ciudad sitiada, de la que han huido ya más de 360.000 personas en una semana. Pero este lunes por la mañana una nueva voz se sumaba a las llamadas insistentes y totalmente ignoradas hasta ahora para que el primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, desista de lanzar el temido asalto final a Rafah. Pero un llamamiento que no temía por la población civil palestina sino por el enorme coste que la operación podría tener en vidas militares israelíes.

Los padres y madres de 900 soldados israelíes han firmado una carta que han enviado al ministro de Defensa, Yoav Gallant, y al jefe del estado mayor del ejército israelí, Herzi Halevi, para pedir suspender la ofensiva a Rafah, que consideran "una trampa mortal" para sus hijos. "Es evidente que después de meses de advertencias y anuncios de una incursión en Rafah, hay fuerzas al otro lado que se han preparado activamente para atacar a nuestras tropas", dice la misiva. "Nuestros hijos están agotados física y mentalmente", añade la carta.

Desde que la ofensiva sobre Gaza entró en su fase terrestre, el 27 de octubre, han muerto en Gaza al menos 272 soldados israelíes. Una operación que ha matado a más de 34.000 palestinos, la mayoría criaturas, y ha arrinconado a los más de dos millones de palestinos que vivían en la Franja en el sur del enclave. Con los refugiados concentrados en Rafah, Netanyahu anunció un asalto al suelo en la ciudad y ni siquiera las presiones de su principal aliado, Estados Unidos de Joe Biden, han logrado que cambie de idea.

En su carta –enviada el 2 de mayo, pero que se ha hecho pública este lunes–, los padres de los soldados consideran una “imprudencia” la determinación de Netanyahu de salir adelante con este asalto a Rafah. El primer ministro argumenta que esta ciudad –donde se agolpaban hasta la semana pasada más de un millón de personas– es el último bastión de Hamás y que su asalto es necesario para alcanzar su objetivo de desmantelar el grupo y recuperar los 132 rehenes que permanecen atrapados en la Franja desde el 7 de octubre.

"Rafah es una trampa mortal. Hamás ha tenido mucho tiempo para preparar el sitio para la matanza de nuestros soldados. Estamos muy preocupados", ha dicho Anado, la madre de un soldado de las fuerzas especiales israelíes desplegado en Gaza , según The Guardian. "Nuestros temores se han materializado cuando vemos que el ejército se retira rápidamente de una zona, sólo para que Hamás recupere rápidamente el control sobre ella", añadía Anado. "En los primeros meses de la guerra apoyamos toda la operación. No había más remedio que luchar y deshacerse de Hamás en Gaza. Pero en los últimos meses, entendemos que no existe un plan claro".

Idit, la madre de un comandante israelí, comentaba al diario británico: "Mi hijo me ha enviado un mensaje por WhatsApp hace unos minutos. Se están trasladando hacia Rafah, me ha dicho. Y estoy aterrada. No estamos en contra de la misión de luchar contra Hamás, pero entrar en Rafah no justifica esa misión". Este mismo fin de semana, miles de personas han salido a las calles de Israel para pedir la dimisión de Netanyahu y pedir elecciones anticipadas.

Mientras tanto, dentro de la franja de Gaza la situación se deteriora por momentos. Además de la presión militar creciente sobre Rafah, este lunes se había recluido la ofensiva también en el campo de refugiados de Jabalia, en el norte de la Franja. Los tanques avanzaban hacia el corazón de este extenso campo, construido hace 75 años para acoger a los refugiados palestinos que habían expulsado de territorios que hoy son Israel. Los movimientos en Rafah cerraron el paso de acceso de este punto, por donde entraba ayuda humanitaria en la Franja, y las autoridades de Gaza advertían que era cuestión de "pocas horas" de que los centros sanitarios y hospitales se quedaran sin combustible. "Los heridos y enfermos sufren una muerte lenta porque no hay tratamiento y suministros y no pueden viajar", decían estas autoridades.

Asimismo, este lunes falleció un trabajador extranjero de la ONU que viajaba en un convoy humanitario "con la bandera de Naciones Unidas y la insignia de Naciones Unidas", según informaron las autoridades de la Franja. El medio israelí Haaretz, que cita una investigación preliminar del ejército, dice que se han producido disparos contra un vehículo de la ONU cerca del paso de Rafah, pero que no estaba clara la procedencia del ataque. Por su parte, la agencia oficial de noticias palestina, Wafa, informó de dos incidentes separados: uno cerca del Hospital Europeo, en Khan Yunis, donde murió un empleado de la ONU, y otro en Rafah donde murió un conductor palestino y resultó herido un trabajador extranjero de la OMS, según Efe. No sería la primera vez que el ejército israelí ataca a un vehículo claramente identificado con la insignia de un organismo humanitario. En abril, las fuerzas armadas atacaron a un convoy de la ONG World Central Kitchen y mataron a siete de sus trabajadores.

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