Perplejidad en Ucrania por la fuga de embajadas y los llamamientos a los extranjeros a abandonar el país

Unos treinta países piden a sus nacionales que se marchen por miedo a la invasión rusa

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La embajada alemana el 23 de enero de 2022 en Kiev, Ucrania

Barcelona"Estos últimos días todos vivimos con la sensación de ser un enfermo de cáncer que se está consumiendo. Los médicos que lo han diagnosticado y le han dejado las medicinas le han prometido que vencerían a la enfermedad, y después lo han dejado para ver cómo agoniza en la televisión". Así describe Sergiy Garmash, el representante ucraniano en el Grupo de Contacto Trilateral, uno de los organismos creados en el marco de los acuerdos de Minsk, la sensación en Ucrania ante los llamamientos de los gobiernos de los Estados Unidos y la UE a sus nacionales a abandonar el país ante el peligro de una inminente invasión rusa. "Al principio estás bien, pero cuando todo el mundo a tu alrededor te dice que morirás, al final acabas sucumbiendo a esta histeria, y entonces ¿qué tienes que hacer? Nadie te da una respuesta clara. Solo tienes a las enfermeras diciendo que todo irá bien, pero ellas tampoco pueden explicar la fuga de los médicos, ni su diagnóstico fatal ni su confianza".

Con 130.000 soldados rusos movilizados en las fronteras de Ucrania, los Estados Unidos fueron los primeros en dar el paso, el viernes, anunciando la retirada de la mayoría de su personal diplomático de Kiev y aconsejando a sus nacionales que abandonen el país tan pronto como puedan. También vendrían Alemania, Italia, Canadá, Japón, Corea del Sur, Israel, Bélgica, Noruega, Finlandia o incluso Kuwait y Arabia Saudí: hasta una treintena de países. España lo hizo el sábado: "Dada la volátil situación de seguridad, se recomienda no viajar a Ucrania. Se recomienda a los españoles actualmente en ese país que consideren seriamente la posibilidad de abandonarlo temporalmente por los medios comerciales disponibles, mientras persistan las circunstancias actuales". El embajador de la UE se mantiene en Kiev, y también la mayoría de altos representantes diplomáticos europeos, pero han pedido a su personal no esencial que teletrabaje desde el extranjero. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha dicho que "es preferible seguir la situación desde el terreno". Francia se limita a recomendar que se pospongan los viajes no esenciales y desaconseja viajar a las zonas fronterizas con Rusia y Bielorrusia.

"Absolutamente ilógico"

Los Estados Unidos pueden seguir bajo el síndrome de Saigón después de la caótica retirada de Afganistán, pero en el caso de Ucrania se hace difícil pensar que las tropas rusas tuvieran como principal objetivo a los europeos o norteamericanos expatriados en el país. "Lo que está pasando con las misiones diplomáticas de nuestros socios occidentales no tiene ningún sentido: es absolutamente ilógico", sigue Garmash.

"¡El mundo entero conoce no solo las intenciones de Putin de atacarnos sino incluso la fecha del ataque! ¿Y qué? Si todo el mundo sabe que habrá una guerra, ¿por qué en vez de actuar preventivamente solo huyen del potencial campo de batalla? Quitando las embajadas de Kiev, el Occidente civilizado, el defensor de los valores de la democracia y la libertad, parece que aliente a Putin a atacarnos. Occidente hace las maletas y nos desea un buen día bajo las bombas rusas".

En Kiev el día a día continúa, mientras los llamamientos generalizados a marcharse del país dejan entre muchos la sensación de que quedan abandonados a su suerte. "Todo ha ido muy deprisa, hay una sensación de perplejidad", explica al ARA en una conversación telefónica desde Kiev la periodista Olga Tokariuk. "En el caso de los nacionales y las embajadas es comprensible, pero la retirada de militares [asesores europeos y norteamericanos que hace años que forman el ejército ucraniano] o de los observadores del OSCE, que son la única presencia internacional en las regiones del Donbass, es difícil de entender".

Seguro público a las aerolíneas

Después de que las grandes aseguradoras internacionales anunciaran el sábado que retirarán la cobertura a los aviones que sobrevuelen Ucrania por el riesgo de conflicto, el gobierno de Kiev ha salido al paso abriendo un fondo de 592 millones de dólares (523 millones de euros) para asegurar a las compañías que continúen operando dentro de su espacio aéreo. El dinero saldrá del presupuesto del estado y se pondrá en un depósito que se utilizará para "garantizar la seguridad de los vuelos sobre Ucrania por las aseguradoras, reaseguradoras, compañías de leasing y aerolíneas".

El caso del vuelo de Malaysia Airlines en código compartido con KLM que fue abatido en 2014 en el Donbass con 298 personas a bordo es un precedente que no se olvida.

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