Estados Unidos

El vídeo del lapsus de Biden en la reunión del G-7 es un montaje

En el vídeo original se ve cómo el presidente de EEUU se dirige a un paracaidista para hablar; por tanto, no estaba desorientado, como parecía

ARA
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El presidente de EEUU, Joe Biden, y el resto de líderes del G7 miran una exhibición aérea, durante la cumbre del grupo celebrada en Italia.

BarcelonaEn plena carrera para las presidenciales de Estados Unidos, los montajes audiovisuales proliferan para decantar la balanza electoral. No todas las manipulaciones informativas triunfan, pero algunas sí, como el vídeo de Joe Biden durante la demostración de paracaidismo de la cumbre del G-7, en la que se le veía aparentemente desorientado. El vídeo, ampliamente difundido en las redes sociales, es tan sólo un fragmento acortado de la realidad: el presidente de Estados Unidos no mira a la nada, como parece en el vídeo manipulado. En los segundos anteriores, omitidos, se aprecia cómo el candidato de los demócratas se dirige a un paracaidista.

Este no es el primer montaje difundido en las redes sociales que pretende subrayar el supuesto estado senil de Biden. El videomontaje en el que aparece el presidente de Estados Unidos alejándose del grupo de mandatarios del G-7 ha llegado a acumular 2 millones de visualizaciones. Además del fenómeno viral en las redes, sin embargo, los medios de derechas estadounidenses han aprovechado esta oportunidad para desacreditar al rival de Trump. Por ejemplo, The New York Post abrió la portada de su edición impresa del viernes con las palabras en mayúscula "Meander in chief", que en inglés significa "deambulador jefe". Asimismo, aseguró que Joe Biden "avergonzaba" a Estados Unidos.

El vídeo manipulado se realizó durante la cumbre del G-7 que se celebró del 13 al 15 de junio en Italia, con Giorgia Meloni como anfitriona. De hecho, es la primera ministra de extrema derecha italiana quien supuestamente se apresura a socorrer a Biden para volver a integrarlo en el grupo de mandatarios, lo que acentúa la supuesta desorientación del demócrata. Pero, tal y como se aprecia a partir del minuto 5:20 del vídeo original no viralizado, los paracaidistas aterrizan uno a uno junto a las autoridades. Es entonces cuando Biden se dirige a uno de ellos y le levanta el pulgar en señal de apoyo y agradecimiento por la operación aérea. O sea, el presidente estadounidense no estaba desorientado, sino que hablaba con un paracaidista. El problema es que el paracaidista no aparecía en la imagen del vídeo.

"Desde Italia hasta Reino Unido y Nueva York, millones de personas de todo el mundo se han despertado con titulares del evidente declive cognitivo de Joe Biden que se ha podido ver en la cumbre del G- 7", destacó Karoline Leavitt, portavoz de la campaña de Trump, en un comunicado, después de que se difundiera el primer vídeo, manipulado.

La Casa Blanca respondió con un montón de mensajes a la red X criticando que los medios conservadores estadounidenses reprodujeran un vídeo con un "encuadre artificialmente estrecho", según palabras de Andrew Bates, uno de los portavoces gubernamentales. El director de comunicaciones de la Casa Blanca, Ben LaBolt, también insistió en esta idea: "Desconfíe de las falsificaciones baratas... y de todos los actores de mala fe que las difunden". Y, efectivamente, poco después la plataforma X colgó un aviso para alertar de que el vídeo había sido editado para eliminar a los paracaidistas a los que el presidente saludaba.

La edad, un tema delicado

Biden, de 81 años, es el mayor presidente de la historia de Estados Unidos, lo que se ha convertido en uno de los temas más delicados de la campaña a la reelección. Un sondeo de la Universidad Marquette muestra que el 79% de los estadounidenses cree que la frase "demasiado viejo" describe "muy bien o bastante bien" Biden, frente al 54% que piensa lo mismo de Trump, que apenas ha hecho 78 años.

Es innegable que la imagen que proyecta Biden difiere de la de Trump. Anda con rigidez porque tiene artritis, se mueve con lentitud, a veces tropieza subiendo escaleras y comete errores en sus discursos: no termina frases o confunde los nombres de líderes mundiales. La tartamudez que sufrió de pequeño también ha reaparecido con los años. Sin embargo, todo esto no explica lapsus importantes, como el que protagonizó en septiembre del 2022, cuando durante un evento en la Casa Blanca preguntó si la congresista republicana Jackie Walorski, muerta hacía más de un mes, estaba entre el público.

Todos estos lapsus serán sometidos a un escrutinio aún más importante a medida que avance la campaña electoral, en la que la desinformación y la manipulación pueden ser factores determinantes para el resultado de las presidenciales.

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