Brasil contado por el hijo académico de un camionero
'Lo que es mío', de José Henrique Bortoluci, es un libro breve pero de una ambición profunda y panorámica


Lo mío
- José Henrique Bortoluci
- Eumo
- Traducción de Pere Comellas
- 156 páginas / 18,50 euros
Es un libro breve pero de una ambición profunda y panorámica. Es un libro íntimo, pero nada impúdico y con una dimensión militantemente comunitaria. Es un libro crudo, pero de un amor y de una delicadeza que conmueven. Y es un libro que parece un librito pero que, en realidad, contiene muchos libros. Se titula, sencillamente, Lo mío, aunque la edición catalana, en una buena traducción de Pere Comellas, ha añadido el siguiente subtítulo explicativo: El viaje de un hijo hacia su padre, un relato íntimo que nos descubre la historia reciente de Brasil. El autor es José Henrique Bortoluci (Jaú, 1984), un hijo de familia modesta –clase trabajadora brasileña, siempre al borde de la pobreza– que, gracias a un brillante expediente académico que le permitió obtener todo tipo de becas, se doctoró en sociología por la Universidad de Michigan y ahora es profesor y escritor.
Haberse escapado de su "destino de clase" no ha llevado a Bortoluci a renegar mezquinamente de sus orígenes. Todo lo contrario: le ha ayudado a repensarlos para revalorizarlos. A su vez, le ha dado una mirada interclasista –o mejor dicho: de desclasado autoconsciente– que atraviesa todo el libro y que lo ubica en una posición singular. Esta hibridez identitaria, el hecho de haberse criado en un entorno de clase trabajadora auténtica pero haber salido y ahora pertenecer a la esfera del progresismo académico, le hace ser consciente de sus privilegios (es blanco, una condición que en una sociedad estructuralmente racista ya es una ventaja) temas que sólo conoce por lo leído, como le ocurre a menudo a la izquierda intelectual cuando pontifica sobre la clase trabajadora.
Libro de mezclas y de fronteras, Lo mío está escrito "entre dos destrozos", la que provoca el cáncer en el cuerpo del padre del autor y la que provocan las brutales políticas de Jair Bolsonaro en el tejido humano, socioeconómico, medioambiental y cultural del país. Así, el libro se construye y se mueve entre el relato íntimo o personal y el ensayo sociopolítico, al igual que se construye y se mueve entre la memoria familiar y la historia nacional, entre el compromiso y la autocrítica, entre la fatalidad y la esperanza. Y, también, entre la certeza escindida por parte del autor de ya no formar parte del mundo en el que nació y la voluntad genuina de reconocer su valor y de expresar el aprecio por la gente (sobre todo la familia) que lo puebla y que todavía es, que siempre será, su gente. En ese sentido, la figura del padre es central.
Una vida marcada por el trabajo y las penurias
Camionero de profesión durante cincuenta años, el padre de Bortoluci, a quien el hijo-autor de vez en cuando cede todo el espacio para que hable en primera persona, hace de guía del lector por una vida marcada por el trabajo y las penurias económicas (un trabajo durísimo, de viajes de miles de kilómetros por carreteras peligrosas y que le mantenían lejos de casa durante meses). A veces tendemos a olvidarlo, pero los protagonistas de la gran historia también son los pequeños hombres y mujeres anónimos que la hacen sin que nadie se lo reconozca. Bortoluci se lo reconoce.
La represión salvaje de la dictadura, la construcción de la gran carretera Transamazónica, la devastación y la explotación que supuso esta maniobra monstruosa de "colonización interna", las desigualdades y las injusticias de fondo que estructuran la sociedad brasileña: todo esto es explicado de una manera hermosa y preciosa.