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Cómic

"Hay un feminismo blanco que se siente muy cómodo con el capitalismo"

Nadia Hafid, premio Ventanas con 'Malo olor', dibujará la portada y un cómic en el ARA especial del cómic del 4 de abril

30/03/2025
5 min
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BarcelonaEl 4 de abril, coincidiendo con el inicio del Comic Barcelona, el ARA volverá a publicar un diario especial con todas las noticias ilustradas por dibujantes de cómic. De la portada, se encargará Nadia Hafid (Terrassa, 1990), nombre imprescindible de la nueva generación del cómic catalán. Sus dibujos despliegan una hipnótica telaraña vectorial de líneas rectas que desnudan la esencia de la realidad que retrata. En su última obra, Mal olor, que Finestres publica en catalán y Apa Apa en español, Hafid analiza las políticas laborales de una empresa ficticia, Angle Group, donde sólo trabajan mujeres. Un entorno aséptico y uniforme, supuestamente igualitario, en el que un olor extraño pone de manifiesto todo el racismo y la hipocresía de la cultura corporativa y, por extensión, del resto de la sociedad.

"Hacía tiempo que quería hablar sin filtros del racismo, sobre todo viendo el auge de la extrema derecha y los discursos reaccionarios", explica Hafid, que ya tocaba el tema indirectamente en sus dos primeros cómics largos, El buen padre (Sapristi, 2020) y Chacales (Sapristi, 2022). Sin embargo, Hafid nunca aborda los temas de manera didáctica ni explícita, y busca otras estrategias narrativas. "Me gusta jugar con los silencios, que sea el propio lector o lectora quien extraiga las ideas que intento explicar, y en el caso de Mal olor incluso una pátina onírica y de terror –dice la ilustradora–. Mucha gente se siente atacada cuando dices que somos una sociedad racista, pero lamentablemente es la verdad. Y ser conscientes de ello es la única manera de no perpetuar estereotipos, imaginarios y conductas que acaban desencadenando violencias".

Cubierta de 'Malo olor'.

La idea de profesionalidad que promueve la empresa de Mal olor pasa por homogeneizar la imagen de las trabajadoras a través de los cánones estéticos tradicionales: falda, zapatos bailarines y maquillaje. "¿Te recogerás el pelo?", le preguntan a la protagonista, racializada y con el pelo rizado. "Deberías mirarte el alisado permanente –insisten–. El resultado es impecable". Para Hafid, la presión estética es también una forma de racismo. "Hay un imaginario rígido sobre cómo proyectar profesionalidad que no deja de ser una forma de violencia –señala–. Yo he tenido que escuchar muchas veces que el pelo me quedaría mucho mejor si lo alisase, más femenina incluso".

A través de esta trama, Hafid también quiere poner en cuestión una cierta idea de feminidad "entendida como un todo monolítico y estanco". "Existe un feminismo blanco que se siente cómodo con el capitalismo y que cree que la única barrera es la del género, sin tener en cuenta las de clase o de raza". La ilustradora, por tanto, aboga por un "feminismo interseccional" que no invisibilice las problemáticas de las personas racializadas "como si las luchas de algunas mujeres fueran más importantes que las de otras mujeres". La crítica no carece de humor: Hafid dibuja este universo de feminidades canónicas en tonos rosados ​​"con un punto kitsch y cursi" que le ayuda a "subrayar la blancura" del entorno retratado.

Página interior de 'Malo olor'.
Página interior de 'Malo olor'.

Un premio liberador

Mal olor es el primer cómic que Hafid ha podido publicar en catalán, principalmente por haber ganado el premio Ventanas de cómic. "Me dio la oportunidad de trabajar en catalán, que es mi lengua –explica la ilustradora–. Y me parecía importante hacerlo, sobre todo porque todavía no se publica lo suficiente en catalán". La libertad que le proporcionó el premio va más allá de la lengua: "Los honorarios [25.000 euros, la dotación más alta de un premio de cómic en Cataluña] te permiten trabajar con tranquilidad en tu proyecto artístico, que es algo rarísimo que no suele ocurrir en este sector, en el que todo el mundo hace los cómics en los ratos que nos dejan las demás fe".

Algunos de estos trabajos no son cualquier cosa: Hafid ha hecho ilustraciones para medios de prestigio como por ejemplo The New Yorker, The New York Times, The Washington Post o The Economist, entre otros. Ella se siente "privilegiada" de poder compaginar el cómic con unos encargos que, "al final, también son dibujar". "Yo me siento muy orgullosa de estas ilustraciones, las siento mías –dice–. Y siempre que puedo aprovecho estos trabajos para dejar mi mensaje, en el sentido de no caer en estereotipos de género o de otros tipos".

Nadia Hafid.

Hafid recuerda con humor los primeros dibujos que hacía cuando, de pequeña, quería ser "pintora de caballete y boina", y las salidas a dibujar la iglesia de Sant Pere de Terrassa con un grupo de mujeres pintoras. "Yo tendría 4 años", dice. Sin embargo, no tiene un buen recuerdo de la facultad de Bellas Artes. "Me machacaron mucho, allí el cómic estaba muy mal visto", dice. La ilusión por el cómic reapareció gracias a compañeros de trabajo como Toni Mascaró y Sílvia Aymí, mientras veníamos fanzines en festivales como Gutter o Graf y, sobre todo, al sentirse parte de la comunidad del cómic independiente. En este viaje, la compañía femenina ha sido una constante; por ejemplo, en la exposición Constelación Gráfica del CCCB, donde fue una de las representantes de la nueva ola de autoras de cómic. "Para mí ha sido muy importante encontrar a otras autoras y también mujeres en los festivales, en las librerías y en las bibliotecas –explica–. Pero si yo hubiera nacido 10 o 15 años antes me habría encontrado un panorama muy diferente".

Un cómic para el ARA

Hafid no sólo dibujará la portada de el ARA especial del cómic, sino también un cómic de dos páginas que formará parte de un dossier sobre la crisis de la vivienda. "Es un tema que nos interpela a todas, una cuestión de urgencia que debe visibilizarse. De hecho, ya había tocado el tema en algunos de mis cómics cortos", explica la ilustradora. El cómic que publicará en el ARA quiere ilustrar cómo la crisis de la vivienda nos afecta en muchos ámbitos: en el día a día, en la forma de relacionarnos, económicamente... "Todo ello genera una violencia sistémica que atraviesa nuestra cotidianidad, así que es fundamental reflexionar sobre ella y luchar por nuestros derechos", afirma Hafid, la manifestación por el derecho a la vivienda convocada el 5 de abril por el Sindicatos de Alquiladoras.

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