Las demás entrevistas inventadas

El caso fue comprensiblemente escandaloso: la revista alemana Die Aktuelle publicó una entrevista con Michael Schumacher, lo que sorprendió a todos, ya que el estado de salud del piloto es todo un misterio desde que sufrió el terrible accidente de esquí que le dejó en coma y con lesiones cerebrales. En la última pregunta se revelaba que el texto se había generado por inteligencia artificial, pero era un intento bastante patético de guardarse los hombros simulando que ellos no engañaban a nadie, porque en la portada decía “¡Primera entrevista! ” y nada hacía pensar que fuera un engaño. Bien, al margen de que la revista en cuestión es pura mentira. En todo caso, la familia lo denunció y hace pocos días ha trascendido que la revista ha perdido el caso y los compensará con unos 200.000 euros.

Creo que el lector corriente no es consciente de que entrevistas inventadas las hay desde mucho antes de que las siglas IA irrumpieran en nuestras vidas. Una colega mía de una revista del corazón me contaba hace años cómo de vez en cuando recibía unas fotografías del famoso X y entonces montaba una entrevista cogiendo de aquí y de allá y después rellenando el resto con invenciones plausibles. También hay quien se presenta delante del personaje sin grabadora. Pues no: sin las palabras concretas de alguien, perderás sus giros –o sea, el alma– y quizás tengas un buen retrato, pero no una entrevista. He perdido la cuenta de mis entrevistados que, antes de poner en marcha la grabadora, expresan recelos por alguna mala experiencia en la que se les atribuyeron frases que no pronunciaron. Supongo que la mayoría no lo denuncian públicamente porque no quieren darse la vuelta a la prensa en contra. "Al menos han hablado de mi libro", pensarán. Que a menudo, y también según explican, se les da los que no se le han leído. Por tanto, aún ahora, me preocupa más lo humano que la IA.