Periodismo para no periodistas (2): es mentira, pero es más verdad

A veces, las parodias tienen la paradójica virtud de poder señalar las verdades con mayor precisión que el recuento de hechos, porque en la exageración se amplifican los detalles que podrían pasar desapercibidos. Estos días he estado recomendando ensayos, pero hago una excepción con esta novela, porque esta autoficción explica más sobre el auge y la caída de los medios digitalísimos y rompedores que los ensayos académicos sobre el tema. Contenido, de Carlo Padial (Blackie Books), habla de la fabricación al por mayor de esta mortadela digital, pensada tan sólo para generar miles de clics y minutos de consumo. De los gurús de la viralidad, que durante un tiempo supieron cómo atraer a decenas de miles de lectores hacia un artículo sobre el fornici entre las amebas, tendencias de moda que duraban media tarde o cualquier bachea similar. Padial explora muy bien el contraste entre la vida precaria del creador-de-contenidos y la borrachera del ego que siente en las venas cuando uno de sus vídeos sobresale entre el alud de opciones clicables y capitaliza, aunque sea fugazmente, lo que llaman la conversación. Lo hace sin piedad y, al mismo tiempo, con mucho humor; es decir, con mucho cariño. Se cuentan mil excesos, pero también la nobleza del fracaso honorable, ahora que ya sabemos que muchos de estos medios han acabado con graves problemas una vez los dueños supremos de las redes han modulado sus respectivos algoritmos para cerrarles los grifos del tráfico.

Y una virtud nada menor del libro: la mordacidad con la que ataca el vacío de cierto lenguaje empresarial, que disimula la falta de sustancia con anglicismos y siglas grandilocuentes. Padial va más allá de criticar ese uso indiscriminado de tecnicismos por esconder la propia inseguridad y convierte la narración en un buen tratado sobre la neurosis moderna y digital.