El análisis de Antoni Bassas: 'Femcat o cómo será Cataluña dentro de 20 años'
Cerca de 12 horas hablando del futuro del país sirvieron para constatar que tenemos un problema de empobrecimiento general (PIB per cápita), de fuga de talento, y que hemos recibido una cantidad de inmigración como casi ningún sitio más en el mundo
Hoy nos toca a nosotros estar en cuidado y mirar el cielo, sobre todo del Ebro en Tarragona. Y ésta, la alerta y las restricciones de la movilidad, será nuestra nueva normalidad porque los fenómenos atmosféricos violentos pueden ser más frecuentes.
Ahora, después de la violencia de la tormenta, ha venido la violencia de la tormenta política, que da bastante asco. Ayer Feijóo dijo que la reconstrucción en la Comunidad Valenciana costaría lo que costará un año de financiación singular pactada con los independentistas catalanes. Todo vale para descargar a Mazón de su grandísima culpa y transferirla a Sánchez. Puestos a buscar de dónde podríamos sacar dinero para Valencia, le sugerimos al señor Feijóo que calcule lo que les han costado a los valencianos los casos de corrupción de su partido en la Comunidad Valenciana, que han acumulado 135 condenas, incluidos presidentes como Zaplana y Camps . La trama Gürtel, Brugal, Terra Mítica, Valmor, Imelsa, Rabassa o Emarsa, llenos de plusvalías indecentes, sobrecostes, redes clientelares, que hicieron que en 2018 el gobierno del Botánico se encontrara con una deuda de 5.400 millones.
Mazón es un cadáver político (o debería serlo, porque a veces la gente, cuanto más roban algunos políticos, más los votemos) y ayer el PP trajo su tinta del calamar a Bruselas. Dolors Montserrat en la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que había acudido al Parlamento Europeo a pasar el examen de comisaria.
"Este examen es totalmente innecesario, hace quince días se enfrentó al examen de su vida en Valencia. Como actual ministra del Clima ha suspendido, a usted le correspondía haber evitado la tragedia, porque usted es responsable de la prevención, preparación y respuesta de los desastres climáticos. Hoy no debería estar compareciendo aquí, sino que debería haber salido ante el Parlamento español, frente a sus conciudadanos. estar escondida para salvar su poltrona europea y estoy convencida de que la historia y los jueces la juzgarán por su inacción e incompetencia."
El País titula hoy la información de este hearing “A Bruselas llegó un cierto olor a Madrid”.
No todo son desgracias. Mirin, ayer la Fundación de Empresarios de Catalunya, Femcat, celebró sus 20 años preguntándose, en un acto que duró todo el día en el Palau de la Música, en Barcelona, como debería ser Cataluña dentro de otros 20 años, en el 2044.
Cerca de 12 horas hablando del futuro del país sirvieron para constatar que tenemos un problema de empobrecimiento general (PIB per cápita), de fuga de talento, y que hemos recibido una cantidad de inmigración como casi ningún sitio más en el mundo. Entre 2019 y 2022, el 40% de los nacidos en Catalunya tenía una madre extranjera.
Esto nos abre la puerta (ya lo decía Carme Junyent) a poder extender el catalán a la segunda generación (caso de Lamine Yamal), y es una oportunidad de oro para integrar y vivir en Cataluña lo mismo que en los primeros países del mundo : la diversidad, que es insoslayable y hace las empresas y las sociedades más ricas si la integran.
Se habló, por supuesto, de la inteligencia artificial. El vicepresidente de Google, el catalán Xavier Amatriain, nos invitó a aceptar que la IA es mejor que nosotros en algunas cosas, y no ocurre nada. Cómo descubrimos de las calculadoras, en su momento. Que la inteligencia no es ya una característica exclusivamente humana. Y que la destrucción de puestos de trabajo que cause la IA debería ser compensada en formación, de nuevos trabajos, de personas gestionando a personas. Humana. Pero que la IA no tiene presencia física, como nosotros, ni sentimientos, ni juicio y que las decisiones finales y las responsabilidades de hacer deben correspondernos a nosotros.
La gran amenaza: la desigualdad, la falta de cohesión social. Ningún país (y su democracia) tira si la mitad de la gente sienten que no tienen oportunidades, ellos o sus hijos; que no encuentran un piso, o un trabajo pagado en relación con su esfuerzo.
Buenos días.