El análisis de Antoni Bassas: 'Un nuevo asalto por el presidente'
Sabe dirigirse a la gente, incluso cuando hace síntesis contradictorias: buscar la unidad en el mismo discurso en el que critica a Esquerra, afirmar que sabe que vive en el 2024 y no en el 2017 y decir que vuelve para acabar lo que quedó pendiente
Empecemos por lo que: Puigdemont anunció ayer que volverá si es candidato en la investidura. Para que Puigdemont consiga la confianza mayoritaria del Parlament (nosotros elegimos diputados y son los diputados los que eligen al presidente), Puigdemont debería obtener un gran resultado y, sin embargo, casi con toda seguridad debería conseguir el apoyo de un otro grupo que ahora mismo sólo se nos ocurre que sea Esquerra.
Esto en el terreno político. En el judicial, renunciando a volver a ser eurodiputado, Puigdemont mantendrá su inmunidad hasta que se constituya el nuevo Parlamento Europeo. A partir de ese momento, si no volviera a Cataluña, debería fiarlo todo a la aprobación de la amnistía, y si la amnistía no lo cubriera del todo, al trato de la justicia belga, donde los exiliados catalanes han obtenido amparo.
El cómo: Aquí lo tienen, rodeado de seguidores, sin el logo de Junts, y haciendo un discurso de ilusión y de autoestima. A estas alturas, todo el mundo tiene una opinión de Puigdemont, porque le conoce todo el mundo (un conocimiento del 98%, según el CEO). Ha estado presente, incluso cuando ha estado ausente, en la vida política catalana y española. Ha sido declarado enemigo público número uno. No deja indiferente: o hace ilusión, o da pereza, o genera rechazo. Es electoralmente temido porque tiene carisma. Donde no llega Juntos con sus inconsistencias, llega el candidato con su condición de irreductible. Sabe dirigirse a la gente, incluso cuando hace síntesis contradictorias: buscar la unidad en el mismo discurso en el que critica a Esquerra, afirmar que sabe que vive en el 2024 y no en el 2017 y decir que vuelve para acabar lo que quedó pendiente hace siete años. Su condición de zarandeo de tablero está más que acreditada. Que pueda crear la ola de votos sobre la que volver a Catalunya está por ver.
Las últimas cifras que tenemos las dio ayer el Centro de Estudios de Opinión: Los socialistas van por delante con una baja, y, a distancia, Esquerra que baja y Junts que sube se disputan la segunda posición. Esto es lo que debe dar la vuelta a Puigdemont. Son datos recogidos hasta principios de mes, y todo está muy abierto.
Mientras tanto, la Unión Europea nos pide a los ciudadanos que nos preparemos para afrontar todos los peligros y crisis. Y el presidente de Francia, Macron, ha puesto la imagen.
Habíamos visto a Putin practicando el judo, pero la foto de un presidente europeo practicando el boxeo con este agresivo puesto no lo habíamos visto nunca. La remilitarización de Europa es algo.
Buenos días.