El análisis de Antoni Bassas: 'Pendientes del relato perderán el país'

No es fácil saber quién ha sido más sincero en esta partida, porque el recelo entre los dos partidos lo domina todo, y porque han estado más pendientes de evitar ser vistos como los que no han querido el acuerdo que de conseguirlo

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Seguro que ya están enterados: el sábado por la mañana, Pere Aragonès explicó que Esquerra Republicana se disponía a gobernar sin Junts. Que si más adelante Junts quería entrar en el Govern que ya hablaríamos, pero que ya no podían esperar más.

Pere Aragonès: “Esta decisión viene porque pusimos un plazo, que era el 1 de mayo, hemos dado una prórroga hasta el 7 de mayo, volvimos a establecer esta semana una necesidad de poder llegar a un acuerdo ayer a mediodía, volvimos a pasar una propuesta completa, definitiva, a Junts per Catalunya y nos dimos 24 h para poderlo resolver, y no se ha podido resolver. No podemos alargar una negociación de forma agónica. Por lo tanto, seguimos hablando de aquello que nos separa, que es la estrategia independentista, pero invistamos un gobierno ya”.

“Hemos hecho todo lo posible, pero ha sido imposible avanzar hasta un acuerdo definitivo", decía Aragonès.

El anuncio era sorpresivo, porque justo el día antes, viernes, Jordi Sànchez, secretario general de Junts, había dicho en rueda de prensa que las conversaciones avanzaban "satisfactoriamente", que la "confianza" se estaba reconstruyendo y que, a pesar de que todavía tenían "aspectos por cerrar", ya había un 90% del documento estratégico acordado y el acuerdo “podría llegar en los próximos días".

Si el entendimiento estaba tan cerca, ¿por qué Esquerra decía que quería investir un gobierno ya y acabar con la agonía?

La respuesta no es fácil, porque tanto Esquerra como Junts han protegido sus conversaciones de las filtraciones a la prensa. Pero de lo que hemos rascado a los dos partidos, aquí tenemos algunas pistas.

En Esquerra se les encendieron las señales de alarma precisamente cuando oyeron a Jordi Sànchez diciendo que el acuerdo podría llegar los próximos días. Porque, para Esquerra, no estaba ni más cerca ni más lejos que hacía días, cuando Esquerra renunció el ultimátum del 1 de mayo porque había visto un punto de inflexión y Junts salió a decir que no había habido ningún punto de inflexión. Si entonces, que iban bien, Junts dijo que no, y ahora que no había habido ningún cambio espectacular Junts decía que pronto, Esquerra temía que Junts siguiera alargando el calendario y llegáramos a la peligrosa víspera del 26 de mayo, cuando habría que repetir elecciones si no había acuerdo. Y por eso, el viernes por la tarde, Aragonès le dice a Sànchez que la ejecutiva del partido ha decidido gobernar en solitario.

En Junts piensan que Jordi Sànchez cometió un error cuando dijo el primer día que investirían a Aragonès aunque no entraran en el Govern porque esto es tanto como explicar tu estrategia al contrario. Y que esto es lo que envalentonó a Esquerra: una vez oyeron a Sànchez diciendo que investirían a Aragonès, ya no se lo quitaron de la cabeza. En Junts hay quien piensa que ERC hacía días que tenía en la cabeza salir a decir que acabarían gobernando solos.

En Esquerra se quejan de que negociar con Junts es difícil porque, cualquier adelanto que parecía que habían conseguido, Junts lo echaba atrás con la excusa de “Somos un espacio complejo” y han llegado a hablar de “caos negociador” en las filas de Junts. Y ponen como ejemplo lo que apareció en mitad de las negociaciones, cuando Junts anunció que el acuerdo tendría que pasar por una consulta de las bases, cosa que Esquerra dice que Junts habría tenido que avisar desde el principio, como hizo la CUP. De forma que, dicen en Esquerra, que Junts ordene su espacio y ya entrarán en el Govern.

Eso si hay Govern y no hay elecciones, porque Junts ya ha dicho que si tú llevas a las bases de Junts la propuesta de investir a Pere Aragonès de balde, la respuesta es no. Es decir, que no es “No hay pacto, te invisto”. No. También se tiene que pactar que Junts invista a Aragonès. 

¿Pero qué Aragonès? Porque, para acabarlo de complicar, el sábado, desde la prisión, una vez Aragonès dijo que renunciaban a gobernar con Junts ahora de entrada, Jordi Sànchez dijo lo siguiente:

Jordi Sànchez: "Pere Aragonès nos ha emplazado como partido, nos ha cogido la oferta de que le cedemos nuestros votos para gobernar en solitario. Y yo como secretario general puse sobre la mesa y mantengo mi palabra de que si Esquerra Republicana opta por no gobernar con Junts per Catalunya y consigue un acuerdo con formaciones no independentistas como los 'comuns' y la CUP, que Junts per Catalunya estudiará, porque yo lo pondré sobre la mesa, que 4 diputados y diputadas faciliten esta investidura de un frente de izquierdas entre Esquerra Republicana, los 'comuns'-Podem y la CUP para sacar adelante su oferta programática".

Pero dentro de Junts hay mucha gente que no está de acuerdo con Sànchez en esto. Que creen que sus votos no tienen que servir para facilitar la entrada de los comuns en el Govern. Recuerden al conseller Sàmper en este plató, a la consellera Budó, a los consellers Calvet y Tremosa, que estaban por el pacto con Esquerra porque son gente de gobierno y creen que pertenecen a un partido que cuando puede gobernar, gobierna. Parece que Junts no pierde ocasión de dividir su espacio.

Total, que Esquerra no se ha independizado mucho de Junts, porque ¿cuántos votos tiene Aragonès ahora para ser investido? Es más, la presidenta del Parlament, Laura Borràs, de Junts, ¿cuándo constatará que Pere Aragonès es una candidato a la investidura viable y convocará el pleno, si dentro de Junts hay sectores que no quieren ir de la mano de los comuns?

Si han seguido esta explicación hasta aquí, quizás querrán que ahora concluya diciendo que el responsable del no acuerdo es Esquerra o Junts. Que es lo que tiene que procurar hacer el periodismo: evitar aquello de “este dice esto” y “aquel dice lo otro”. Pero no es fácil saber quién ha sido más sincero en esta partida, porque el recelo entre los dos partidos lo domina todo, y porque, como pasa ahora en la política, han estado más pendientes de dominar el relato, es decir, de evitar ser vistos como los que no han querido el acuerdo, que de conseguirlo. No soy capaz (creo que no lo saben ni ellos) de decir si iremos o no a elecciones, pero, pase lo que pase, el no acuerdo de este fin de semana es un golpe para el 52%. El 14 de febrero mucha gente independentista si fue a las urnas fue para obtener más del 50% de los votos, y recordar al mundo y al estado español que el problema está lejos de solucionarse. Y no fallaron. Ahora lo mínimo que podían esperar es que el 52% se convirtiera en un gobierno. Que tenemos medio millón de parados y un país parado. Y, por lo tanto, cuidado con repetir elecciones. ¿Con qué cara, en nombre de qué objetivo les pedirían ahora el voto?

Nuestro reconocimiento para los que trabajan en primera línea del covid-19, un recuerdo para los que sufren, para los presos políticos, para los exiliados, y que tengamos un buen día.

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