El análisis de Antoni Bassas: 'Puigdemont, a las 19 h, en Elna'

PSC y Esquerra procurarán ignorar a Puigdemont en la medida de lo posible, y cuando se refieran a él, lo presentarán como un factor de desestabilización y un regreso al 2017. Éste será también el discurso de los poderes fácticos. El único partido que hablará mucho de Puigdemont es el PP

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El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont en una reciente imagen en Bruselas.

Carles Puigdemont llegará hoy a Elna para pronunciar su discurso de anuncio de candidato a las elecciones al Parlament del 12 de mayo. Le han dicho que irá "mucha gente". Todavía anoche estaba puliendo su intervención; que Puigdemont se presente y vuelva tiene un componente histórico. Y electoralmente es decisivo. El único candidato de Junts que puede aspirar a ganar a Isla y Aragonés es Puigdemont. Su candidatura es un game changer. Pero con la candidatura no le basta.

Primero de todo, está por ver que incluso con Puigdemont de cabeza de lista Juntos gane las elecciones. Por el momento, no es líder en la intención de voto. Cuando esta semana se publicaron las primeras encuestas y situaban a Puigdemont por encima de Esquerra, pero por debajo del PSC, en torno al presidente lo tenían claro: “Aún no estamos aquí. Aspiramos a remontar, pero todavía no estamos aquí”. Y en parte no están aquí porque Junts no es un proyecto tan consolidado como el del PSC o el de Esquerra. Hay mucha gente diferente en Junts, desde Turull y Borràs hasta Trias y Giró, o desde Nogueras hasta Alsina, y es un partido al que le cuesta hacer la síntesis de las almas más unilateralistas con las más pragmáticas.

En segundo lugar, Puigdemont sabe lo ingrata que es la política, pero aspira a que, al menos, se le reconozcan los seis años largos de ausencia forzada de Catalunya para conseguir que lo que fue presidente de la Generalitat no fuera encarcelado. Sin embargo, es consciente de que “la magia” electoral del exilio se desvanecerá enseguida, casi como la carroza de Cenicienta se transformaba en calabaza a las 12 de la noche, una vez entre en el debate político del día a día .

El estribillo es un catalizador electoral, el elemento que produce la combustión necesaria para encender un estímulo que lleve más votantes a las urnas, pero no es suficiente para conseguir una gran mayoría, y Puigdemont lo ha verbalizado desde el primer momento que la amnistía empezó a ser posible. Él es perfectamente consciente de las carencias de un país más poblado, mal financiado, poco eficazmente administrado y angustiado nacionalmente como tantos países europeos donde en la calle y en las aulas es visible que nada es lo que era. El país ha cambiado y, reventadas las costuras sociales y económicas, y sometida a Catalunya a vigilancia especial, a nadie se le ocurre que un solo hombre, por más presidente de la Generalitat en el exilio que haya sido, pueda provocar un vuelco definitivo .

Entre otras cosas porque el PSC y Esquerra procurarán ignorar a Puigdemont en la medida de lo posible, y cuando se refieran, lo presentarán como un factor de desestabilización y un regreso al 2017. Éste será también el discurso de los poderes fácticos. El único partido que hablará mucho de Puigdemont es el PP para atraer a los votantes de Ciudadanos que habían votado a PSC y montarle un escándalo a Pedro Sánchez por traidor.

Hoy hablará Puigdemont pero los jueces también hablarán, y aunque el presidente en el exilio estará hoy muy cerca físicamente de la frontera hispano-francesa, su camino de regreso será muy largo.

Buenos días.

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