"El niño no viene a la guardería a divertirse"

Olot“Nunca había visto dar el pecho cuando lo di yo por primera vez”, explica Queralt Santacreu. "Todas las primeras veces eran una novedad", añade. Queralt es madre de dos niños, el mayor de 5 años y el pequeño de 2 y, como en muchas familias, la llegada del primer hijo les cogió desprevenidos y poco preparados, y con el segundo se desbordaron. La entrada del primer hijo en la guardería les enganchó en la época cóvido y con las restricciones se encontraban que sabían muy poco qué pasaba dentro de las aulas. En cambio, con el segundo pudieron entrar. “No hace falta imaginar cómo interactúan los niños, ni los materiales que utilizan, podemos verlo”, explica Queralt. Esta diferencia le ha hecho comprobar que el vínculo con las profesionales y, sobre todo, el acceso a información da recursos para poder atender a las necesidades de las familias que descubren un mundo nuevo. “Vivimos mucho de espaldas a la infancia”, reconoce Queralt. Las profesionales de la guardería, pues, fueron de gran ayuda porque les dieron el apoyo y los recursos que necesitaban.

La familia de la Queralt ha pasado por la Guardería Les Fonts y por el Avet d'Olot, dos de las que desde hace unos años han empezado a cambiar la manera de trabajar para, precisamente, hacer valer l etapa del 0-3 y adecuarla a los nuevos estilos de crianza que se han ido extendiendo. “El niño del siglo XXI no es igual que el del siglo XX”, dice Missi Casacuberta, directora de la Escuela Les Peonzas, otra de las que integran la Comisión Interescuelas de la ciudad, que fija puntos de conexión entre los diferentes proyectos y que ha espoleado a los equipos a hacer un cambio pedagógico en las aulas hacia una educación mucho más respetuosa. Para hacerlo posible, el Ayuntamiento ha puesto al alcance de los profesionales muchos recursos formativos que han impulsado nuevas formas de trabajar y que han hecho evolucionar las prácticas en las aulas. Sin ir más lejos, las guarderías de Olot no llenan las horas con actividades continuas, sino que trabajan los hábitos, la vida cotidiana de los niños, buscando momentos de mayor intimidad entre el profesional y la criatura y, por tanto, cambiando las dinámicas de un adulto dirigiendo una propuesta.

De toda esta reflexión, surgida de inquietudes de los profesionales de las guarderías, sobre todo en contexto de pandemia, sale Infantería!, unas jornadas organizadas por el consistorio olotense que quieren extender la cultura de la infancia a los propios niños, sus familias y los profesionales que les atienden. La cita tiene lugar esta semana entre el jueves y el sábado, en tres espacios de la ciudad que ofrecen actividades para cada uno de estos públicos. De esta forma se quiere dar voz a la infancia, valorarla, visibilizar la labor de las educadoras y familias y reivindicar las necesidades de una etapa de gran importancia para el desarrollo óptimo de los niños.

El niño en el centro

Con espacios de juego y descubrimiento para los protagonistas del día, charlas para las familias y conferencias para los profesionales, ¡Infantería! quiere transmitir una manera de ver a la infancia, atenderla, respetarla y acompañarla. En definitiva, se trata de poner al niño en el centro, pero entendiendo que en una guardería “el niño no viene a divertirse, viene a aprender en un entorno de bienestar”, recalca Casacuberta. Para la educadora es importante tener en cuenta que el niño “lleva una mochila, una crianza concreta y el acompañamiento debe ser diferente”, y pone especial énfasis en que se trate al niño “como ciudadano de lleno derecho”.

¡Con nombres como Sonia Kliass, Claudia Diaz, Carmen Granados, Catherine L'Ecuyer, Romina Pérez y Dolors Pomés, Infantería! es el primer evento dedicado al 0-3 y podría situar a Olot como un referente en esta etapa educativa. El éxito, de momento, parece garantizado porque las familias y los profesionales han respondido a unas jornadas que quieren trasladar "conocimiento" a la ciudadanía y sobre todo "poner al niño en el centro". "Nosotros llegaremos hasta donde nos pidan", dice Prat.