El análisis de Antoni Bassas: 'En vivienda, sin pacto de estado, no hay nada que hacer'
Que la gente que trabaja no pueda pagarse un piso, y ya no digo de compra, sino de alquiler, amenaza todo: la natalidad, la movilidad, los barrios, las relaciones entre generaciones. No entiendo cómo la política más institucionalizada no se esfuerza por llegar a un pacto de estado en una cuestión como la vivienda, que emite señales de provocar una revuelta social
Tenemos un grave problema con la vivienda. No somos el único país que lo tenemos pero, evidentemente, esto no es consuelo. Y consciente de que la vivienda puede decantar votos, Pedro Sánchez anunció de forma solemne que tiene un plan:
Bonificar el IRPF a los propietarios que pongan su piso para alquilar a un precio asequible, crear una nueva empresa pública que tenga prioridad en la compra de pisos, subir el IVA de los pisos turísticos, estudiar subir los impuestos a los extranjeros que compren viviendas aquí (estarían excluidos los que tienen pasaporte europeo).
Son medidas que tienen lógica y suenan bien, pero que hacen corto a ojos de los jóvenes que solo encuentran alquileres de temporada o contratos basura. Y el PP, en modo modelo de sociedad, vuelve a la vieja receta de poner a disposición de las constructoras y promotores todo el suelo posible para hacer pisos de alquiler. O hay un pacto de estado o, con la vivienda, no saldremos adelante. O los principales partidos llegan a un acuerdo y hacen en materia de vivienda una política de estado, o la situación sólo se agravará.
Que la gente que trabaja (ahora el paro es el más bajo en mucho tiempo) no pueda pagarse un piso, y ya no digo de compra, sino de alquiler, lo amenaza todo: la vida y el futuro de la gente , la natalidad, la movilidad, los barrios, las relaciones entre generaciones, la salud física, mental y social de la gente. No entiendo cómo la política más institucionalizada no se esfuerza en encontrar puntos en común y llegar a un pacto de estado en una cuestión como la vivienda, que emite señales de provocar una revuelta social.
Hablando de movilidad, hoy será noticia que el Govern aprobará, en la reunión del consejo ejecutivo, traspasar la R1 de Cercaníasen la Generalidad. Es la del Maresme, la Barcelona-Maçanet-Massanes, la línea de tren más antigua de la península Ibérica. A finales de año vendrán la R2, St. Vicenç de Calders - Barcelona, y la R3, Hospitalet-Vic-Puigcerdà. La transferencia, recordaréis, la pactaron Esquerra y el PSOE para investir a Pedro Sánchez. Hoy Gemma Nierga le ha preguntado Oriol Junqueras si con este traspaso ya es suficiente para que Esquerra empiece a pactar los presupuestos de la Generalitat con el PSC, y Junqueras le ha dicho que no.
Noticia de otros lugares del mundo: el secretario general de la OTAN pidiendo a los estados miembros que reduzcan el gasto en sanidad, educación o pensiones y lo aumenten en defensa. Es el sonido del nuevo orden mundial, el de la ley del más fuerte, como si más gasto en defensa significara automáticamente mayor seguridad, o como si pudiéramos seguir el ritmo de gasto militar de Estados Unidos o China, que son los que más gastan .
Y un artículo que le recomiendo. El título es claro: "Sabía que debía dejar Los Ángeles"
Lo firma un científico del clima norteamericano que explica que vivía en un barrio muy agradable de Los Ángeles, familiar, con tiendas, ideal para hacer crecer a una familia, pero que en el 2020 tuvo un golpe de calor, un incendio forestal de cerca le convenció de que Los Ángeles ya no era un lugar seguro para su familia, y aceptó un trabajo en Carolina del Norte, que en distancia es como si nosotros nos fuéramos a Rusia. Y algunos pidiendo aumentar el gasto militar.
Buenos días.