'EPIC FAILS'

La caída del hombre que se hizo rico más rápido que Bill Gates

Marc Amat
3 min
La caída del hombre Que se hizo rico más rápido que Bill Gates “Global Crossing tiene todos los ingredientes clásicos de una burbuja -analiza Sílvia Holgado, economista-. Endeudamiento basado en unos rendimientos que no llegan, noticias que disminuyen la confianza, batacazo en bolsa, sospechas contables y, finalmente, quiebra”, esquematiza. La empresa firmó la cuarta mayor bancarrota de EEUU.

Actualmente, poca gente recuerda Gary Winnick. De hecho, durante el último mes el buscador de Google tan sólo ha indexado ese nombre y apellido unas 70 veces. Pero una de las entradas es reveladora. “La casa en venta más cara de Estados Unidos es propiedad de Gary Winnick”, explica en un párrafo medio escondido la revista Business Insider. Más de 3.700 metros cuadrados de parcela en el lujoso Bel Air de Los Ángeles con una mansión por 225 millones de dólares. Ciertamente, la prensa ha olvidado a Winnick pero detrás de ese nombre se esconde quién fue la 60ª persona más rica del mundo según Forbes en 1999. Un hombre al que los millones le llovieron más rápido que al cabecilla de Amazon, Jeff Bezos; que en el cerebro de Facebook, Mark Zuckerberg, y que en el todopoderoso Bill Gates, de Microsoft. Un empresario que logró recoger 4.500 millones de dólares en tan sólo 18 meses.

Hoy no figura ni en la lista de las 400 personas más ricas del mundo. Si existiera un libro de escándalos empresariales, su batacazo tendría un lugar destacado. "La historia de Gary Winnick demuestra que deprisa que pueden cambiar las cosas", adelanta el periodista Bruce Upbin a Forbes. Pero, ¿quién era y cómo logró tantos billetes verdes de golpe? Quizá le suene el nombre de Global Crossing.

Winnick nació en 1947 en Nueva York. Tras graduarse en la universidad privada de Long Island, fichó por el banco de inversión estadounidense Drexel Burnham. Enseguida despuntó y fue su vicepresidente senior. En 1985 decidió fundar su propia empresa de inversión privada, centrada en la industria tecnológica y las telecomunicaciones. Hacía tiempo que tenía un sueño: interconectar a las ciudades más importantes del mundo a través de cables de fibra óptica, una tecnología entonces poco extendida. Para ello, en 1997 creó Global Crossing Limited, aportando 20 millones de dólares. Fue la primera empresa que extendió un cable submarino financiado con dinero privado a través del océano Atlántico. Enseguida se asoció con Microsoft y Softbank para construir una red de telecomunicaciones de alta capacidad que religara a Norteamérica, Europa y Asia. En pocos meses los cables de la empresa movían el 20% de la información que salía de EE.UU. por debajo del mar y la cartera de Winnick se llenó rápidamente. Los 20 millones invertidos inicialmente se transformaron en 735. En 1998 la empresa salió a bolsa.

En 1999 la compañía ya se valoraba en 47.000 millones de dólares y empezó a comprar empresas a golpe de talonario. Los inversores veían un enorme potencial, pero todo se basaba en expectativas que nunca se llegaron a materializar. “Fue una burbuja –explica el economista Silvia Holgado–. Creció agresivamente en base a un endeudamiento constante, con inversores que creían en él a pesar de no tener un rendimiento del activo claro”, especifica. En 2000, Global Crossing perdió 1.400 millones de dólares; en el 2001 fueron otros 3.400. Los nervios se instalaron entre los inversores y las cotizaciones se tambalearon.

Y allí empezó el estallido de la gran burbuja. “Primero cayó en bolsa, vinieron las sospechas contables, desaparecieron las expectativas y la empresa declaró la bancarrota -sintetiza Holgado-. Y cuando la burbuja estalló, todo el mundo vio que dentro no había apenas nada”, añade. En enero del 2002 Global Crossing firmó la cuarta mayor bancarrota de Estados Unidos.

La lección

“Global Crossing tiene todos los ingredientes clásicos de una burbuja –analiza Sílvia Holgado, economista–. Endeudamiento basado en unos rendimientos que no llegan, noticias que disminuyen la confianza, batacazo en bolsa, sospechas contables y, finalmente, quiebra”, esquematiza. La empresa firmó la cuarta mayor bancarrota de EEUU.

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