MEDIO AMBIENTE

El cambio climático devasta los arrecifes de coral de todo el mundo

En una década se ha perdido el 14% de todo el coral

Catrin Einhorn/The New York Times
3 min
Un ejemplar de coral del género Pocillopora, emblanquecido por la excesiva temperatura del agua a la Polinesia.

Durante la década posterior a 2009 el mundo ha perdido alrededor de un 14% de los arrecifes de coral, debido sobre todo del cambio climático, según un exhaustivo informe internacional sobre el estado de los corales de nuestro planeta. El informe, publicado recientemente, subraya las catastróficas consecuencias del calentamiento global, pero también abre la puerta a la esperanza de que se salven algunos de estos arrecifes si los humanos actuamos con celeridad para frenar los gases de efecto invernadero.

Como dice David Obura, uno de los editores del informe y presidente del grupo de especialistas en corales de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza: “Los arrecifes de coral son como los canarios de las minas de carbón que nos avisan de la velocidad a la que todo se puede hundir”. Este 14%, explica, es motivo de grave preocupación. “En el ámbito económico, ya nos ponemos nerviosos si hay bajadas y cambios de un 0,5% en la ocupación y los tipos de interés”.

Según los editores del informe, lo que es especialmente alarmante es la evolución. El primer fenómeno mundial de blanqueo o descoloración se produjo en 1998, aunque entonces muchos arrecifes se recuperaron. Sin embargo parece que ahora ya no. “Desde 2009, el declive es constante en todo el mundo, dice otro de los editores del informe, Serge Planes, investigador del Centro de Investigación Insular y Observatorio del Medio Ambiente de Moorea, en la Polinesia Francesa.

A pesar de que los arrecifes de coral ocupan una pequeña fracción del fondo marino, a los humanos les reportan unas ventajas enormes. Los peces que habitan en los arrecifes constituyen una fuente de proteínas fundamental para centenares de millones de personas. Sus ramas calcáreas protegen las costas de las tormentas. Su belleza atrae miles de millones de dólares procedentes del turismo. Se calcula que, entre todos, sirven para recaudar 2,7 billones de dólares anuales en bienes y servicios, según este informe, publicado por la International Coral Reef Initiative, una asociación de países y organizaciones que tiene como finalidad proteger los arrecifes de coral del mundo.

Un informe sesgado

Quizás existen 900 especies de coral, algunas de las cuales, según señalan los investigadores, parecen más resistentes al calor y la acidificación que acompañan el cambio climático. Por desgracia, suelen tener un crecimiento más lento y no engloban las variedades más conocidas, las que forman escollos y son la base de la biodiversidad más rica.

Terry Hughes, que dirige un centro de estudios sobre los escollos coral·lins en la Universidad James Cook de Australia y que no ha participado en este estudio, advierte que la enorme cantidad de datos subyacentes, recopiladas por más de 300 científicos de 73 países, son sesgadas y se centran más en los escollos sanos: “Los investigadores y los programas de seguimiento suelen abandonar los escollos que se degradan o no hacen nuevos estudios, porque nadie quiere estudiar los que están cubiertos de limo y algas en lugar de corales”.

De todas maneras, tanto el informe como Hugues subrayan que se podrían recuperar o regenerar si frenáramos el calentamiento global. Cómo se afirma en este documento: “Molidos de los escollos coral·lins del mundo todavía resisten y se podrían recuperar si las condiciones lo permitieran”.

Si bien combatir el cambio climático es el factor más importante para salvar los escollos coral·lins, también es fundamental, según los científicos, reducir la contaminación. Los corales tienen que estar muy sanos para sobrevivir a unos aumentos de temperatura que ya son irreversibles. La contaminación nociva suele proceder de aguas residuales humanas y la escorriment agrícola, que pueden provocar la proliferación de algas, así como metales pesados u otras sustancias químicas provenientes de los procesos de fabricación. Las prácticas pesquerías destructivas también dañan los escollos.

El informe se presentó justo antes de que los líderes mundiales se reunieran para debatir un nuevo acuerdo mundial sobre la biodiversidad. N’hay que presionan para proteger los escollos más impolutos , pero Obura dice que con esta estrategia no hay bastante: “En el mundo hay tanta gente que depende de los corales que tenemos que dedicar muchos esfuerzos a salvar los escollos mediocres, y también todos los otros. Tenemos que mantenerlos muy vivos porque continúen siendo un medio de subsistencia para la población”.

Copyright: The New York Times

Traducción: Lídia Fernández Torrell

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