Consultorio laboral

¿Te dispersas a la hora de trabajar? Breve manual de supervivencia

La consultora Alexandra Masó nos explica técnicas para concentrarnos en el trabajo

2 min
Una trabajadora en una oficina de Hacienda en Madrid

Tengo un trabajo creativo y teletrabajo ya veces me cuesta concentrarme. ¿Hay métodos que puedan ayudarme? ¿Qué me recomiendas?

Luisa, Tona

Lo primero es que identifiques qué tipo de concentración te falla. ¿Es una falta de concentración generalizada en todo lo que haces o más limitada a ciertas tareas o momentos del día?

Como explicaba el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi, concentrarnos en general es una habilidad que se cultiva. Si te cuesta concentrarte y dispersas rápido, seguramente estás desentrenado. Para recuperar el hábito de concentración, el primer paso es detectar y reducir tus fuentes de distracción. Por ejemplo, abriendo el correo electrónico sólo tres momentos al día y manteniendo tu móvil en silencio cuando quieres concentrarte. De hecho, lo ideal sería una vida sin distracción alguna para fomentar la concentración y, en tu caso, también la creatividad. Piensa que Al Gore utilizaba el concepto de "armas de distracción masiva" para referirse a las nuevas formas de relación digitales.

Una segunda vía para potenciar la concentración es la escucha activa. Cuando nos hablan, tendemos a estar más pendientes de dar nuestra respuesta que de entender lo que nos están diciendo. Intenta escuchar hasta el final las conversaciones y responder sobre el tema que trata tu interlocutor. La escucha activa te obliga a estar completamente centrado en el interlocutor y fomenta la paciencia, la hermana de la concentración, ya que con nervios y angustia la concentración se esfuma.

Si, por el contrario, lo que te cuesta es concentrarte en ciertas tareas o momentos del día, como explica Edward de Bono, trata de “romper” con lo convencional. Da una vuelta a la calle contando los pasos, baila cinco minutos siguiendo el ritmo o recuenta el número de sonidos que oyes en un minuto... Es decir, airea tu cabeza cambiando de perspectiva al tiempo que te concentras pero con una sensación más placentero. No pierdes nada, haciéndolo; total, ya estabas desconcentrado...

El gran enemigo para cualquiera de estas técnicas, sin embargo, es la costumbre. Así pues, ¿podrás acostumbrarte a romper con tus costumbres?

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