Por dónde empiezo

Cosas que he aprendido de la maternidad y que no leí en ningún libro

Los mejores padres y madres que he conocido son quienes a veces dudan si lo están haciendo bien

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Cosas que he aprendido de la maternidad
  • Enseñarle a mi hija qué es la ironía cuando era pequeña fue una magnífica inversión de futuro para reír en la adolescencia.
  • En vez de freírla a preguntas, siempre fue más eficaz contarle algo mío y, automáticamente, te contaba lo que había hecho en la escuela. Escucharla de pequeña ha servido para que nos cuente cosas de mayor.
  • Una de las cosas más pesadas de la infancia son los grupos de WhatsApp de madres y padres de la clase. Puedes huir sin sentirte culpable. Ser madre o padre no significa formar parte de un rebaño.
  • En los grupos de WhatsApp donde sólo haya madres, reivindica que se añadan los padres. Y después, si quieres, puedes silenciar al grupo con una sonrisa.
  • Promover regalos de fin de curso entre los padres y madres a la maestra es tiranía. Siempre te sientes mejor agradeciéndole la dedicación con la hija al lado que dándole una bolsa de playa y una toalla pagada entre veinticinco personas.
  • El sentido del humor es importante practicarlo en familia.
  • Los adolescentes están infravalorados.
  • No estás obligado a ser amigo de los padres de los amigos de tus hijos.
  • Es más importante ser sincera que parecer perfecta.
  • Todo depende de cómo digas las cosas. Es mucho menos eficaz un “Hazlo tú” que un “Me gustará mucho que esto lo aprendas a hacer tú sola”.
  • Los mejores padres y madres que he conocido son quienes a veces dudan si lo están haciendo bien.
  • Los cuentos para niños no tienen por qué escogerse por edad sino por la ilusión de leerlos, mirarlos o compartirlos. Todo se adapta.
  • Los libros deben tener vocabulario y expresiones que la criatura no conoce. Me lo confirmó una mujer que en una librería rechazó un libro precioso "porque tiene algunas palabras que mi hijo no entiende".
  • A las preguntas más difíciles que te hagan tus hijos puedes pedirles tiempo para pensar bien la respuesta. Pero nunca olvides darla.
  • Las reflexiones más divertidas de tus hijos anótalas en una libreta porque, aunque te parezca imposible, algunas las acabarás olvidando.
  • Los miedos y el perfeccionismo se heredan sin querer y con una facilidad asombrosa.
  • La curiosidad se educa sobre todo con el ejemplo.
  • Desconfía de cualquier método de crianza o tendencia educativa que te haga sentir culpable, estresada o que te agobie.
  • Los referentes femeninos no sólo se encuentran en los libros de grandes celebridades mundiales y en los equipos de fútbol, sino en la vida cotidiana. Y está bien que las nombres. Heroicidades, las justas.
  • La verdad no sólo es importante para los adultos, sino también para los niños.
  • Ver noticias con nuestra hija y comentar la actualidad ha sido una herramienta pedagógica gratuita y muy útil. Aunque a veces no fuera fácil o no pudiera ver sus imágenes.
  • Cuando llegan a la adolescencia, es mejor estar preparados para reírse de uno mismo. Porque con su ingenio, no te perdonan ni una.
  • Te pasas la vida educándolos para que sean autónomos. Y cuando te das cuenta de que lo has conseguido, te hace sentir orgullosa pero, al principio, te cuesta un poco digerirlo.
  • Todo el mundo te dice que crecen muy rápido. Pero no creía que tanto.
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