Básquet - Euroliga

El día en el que Barcelona contradijo a Franco para animar al CSKA

Los aficionados catalanes ignoraron en 1969 la propaganda oficial del régimen

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Un forofo mirando la final de 1969 en un dispositivo móvil

BarcelonaLa final de la Copa de Europa de 1969 se celebró en el Palacio de Deportes de Barcelona, todavía durante el régimen franquista. El Real Madrid jugó contra el CSKA de Moscú, máximo representante deportivo de la URSS, país con el cual España no mantenía relaciones políticas. La propaganda oficial intentó convencer a los aficionados barceloneses para que apoyaran al equipo madrileño, pero el pabellón acabó aclamando al conjunto soviético, que se impuso después de dos prórrogas por 99-103.

El Madrid de David Brabender, Emiliano Rodríguez y Clifford Luyk era el gran favorito, porque disputaba la tercera final consecutiva. Raimundo Saporta, el responsable de la sección de baloncesto del club blanco, utilizó su influencia para convencer a Juan Antonio Samaranch, entonces delegado estatal de Educación Física y Deportes, para llevar la final cerca de Madrid. “Yo no estaba de acuerdo con que la final se disputara en Barcelona. ‘No te preocupes. Es Barcelona. Ya verás cómo os acaban animando a vosotros’, me dijo William Jones, secretario general de la FIBA. ¡Y fue verdad! Aquel día entendí la rivalidad entre Barcelona y Madrid”, reconoció Aleksandr Gómelski. El técnico ruso murió en 2005.

El entrenador del Real Madrid era el mítico Pedro Ferrándiz. “Perdimos y creo que se celebró incluso en la Rambla. En los últimos minutos la afición de Barcelona se decantó totalmente por el rival. Oí más veces que en Moscú la palabra TSKA [nombre con el que era conocido entonces el CSKA]. Si la final no se hubiera jugado en Barcelona, creo que habríamos ganado otra Copa de Europa. Fue una de las derrotas más dolorosas de mi carrera”, reconoció el técnico en un reportaje publicado por el diario As.

La crónica de Mundo Deportivo, en cambio, explicaba una versión contradictoria. “La final contó, en efecto, con un marco brillante, formado por un público que se decantó por el equipo madridista con un fervor y una entrega que los mismos socios del Real Madrid no habrían conseguido superar. La afición catalana, como esperábamos todos, supo estar a la altura y hacer honor a la confianza que nuestros poderes deportivos habían depositado. El jugador número 6 respondió plenamente”, escribió Manuel Espín. Bien es verdad que los aficionados catalanes se calentaron con el árbitro Belosevic, que anuló una cesta conseguida entre Belov y Lipso al final de la primera prórroga. “Cuando un árbitro anula una cesta, debe tener sus razones. Si la anuló, por alguna razón debía ser”, se limitó a comentar Ferrándiz.

Armenak Alatchachan, entrenador armenio del CSKA, utilizó una rotación muy amplia de jugadores y esto descolocó a un Real Madrid más corto de efectivos y con un planteamiento más clásico. Andreev anotó 37 puntos.

“Un partido grande”

Más de medio siglo después, el CSKA pone a prueba este miércoles (21 h, DAZN) al Barça, que quiere lamerse las heridas de la inesperada derrota del domingo contra el Valencia Basket. “No mentiré aquí, ni a los medios ni a la gente que nos escucha. Tenemos que continuar mejorando, es un problema que tenemos y del cual hablamos mucho”, analizó Sarunas Jasikevicius. El entrenador del equipo azulgrana espera un partido de extrema dificultad contra un rival que suma dos victorias menos en la clasificación. “Nunca me gusta opinar sobre otros equipos, pero estar en el final four tantas veces como ellos es histórico. Es un dato para quitarse el sombrero”, añadió el preparador lituano.

“El del domingo fue un partido con muchos errores. Tenemos que encontrar la regularidad. El CSKA es un rival que nos exigirá ser muy sólidos. Es un partido grande, importante. Es un equipo con mucha experiencia y tendremos que estar muy concentrados”, opinó Nico Laprovittola, base del Barça.

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