El consultorio

¿Existen los bebés de alta demanda?

Todos los niños recién nacidos son dependientes

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Un niño llorando por la noche.

BarcelonaHay bebés y niños que, seguramente, son más intensos que otros: lloran más a menudo, reclaman mucha atención y lo viven todo de forma mucho más intensa. En ocasiones, los padres pueden sentirse desbordados por la situación. Pero, ¿pueden definirse como bebés o niños de alta demanda? Félix Castillo, jefe del servicio de neonatología del Hospital Universitari Vall d'Hebron, resta importancia a esta etiqueta y opta por no utilizarla. “Los niños, cuando nacen, son siempre dependientes. Que sean más o menos demandantes dependerá solo del carácter de cada uno. Simplemente, son bebés normales que dependen de su madre y, como tales, tienen el comportamiento de un niño que hace poco que ha nacido”.

El pediatra estadounidense William Sears fue quien ideó este concepto para definir a los niños que son muy activos, inquietos y absorbentes, y a los que les cuesta mucho separarse de sus familiares más directos y encontrar un consuelo o un entretenimiento individual. “En términos de pediatría es un adjetivo que no utilizamos prácticamente nunca porque no permite describir al niño. Cuando recibimos esta consulta, acompañamos a la familia para que entienda que estas situaciones son normales y que deben modularse con paciencia y amor, ya que, con el tiempo, evolucionan de manera positiva”, añade Anna Gatell, pediatra y presidenta de la Sociedad Catalana de Pediatría.

¿Requieren una atención especial?

"En absoluto, no están enfermos", responde Castillo. El pediatra asegura que la paciencia de las familias es clave, así como no tener en cuenta "modas que pueden llegar a estresar a los padres". Castillo también explica que los padres no deben dar ningún tipo de importancia a que un hijo los reclame más que otro. “Tengan los hijos que tengan, todos serán demandantes a su manera, en mayor o menor medida”. Gatell afirma que la situación debe abordarse desde la comprensión y la aceptación, pero también ordenando el caos y las rutinas. “Si es muy demandante, es necesario buscar especialmente el momento del día para estar con él sin estar haciendo otras cosas de forma paralela. Los niños se regulan con el acompañamiento del adulto porque tienen tendencia a imitar sus conductas”.

¿Sus reacciones pueden estar asociadas a algún factor en concreto?

Castillo reitera que estas reacciones son, sencillamente, su forma de expresarse en los primeros meses de vida. "El niño utiliza mecanismos fisiológicos, que pueden ser más o menos intensos, y lo hace para expresar que tiene hambre, que quiere que le cambien el pañal o que tiene sueño". A su vez, Gatell añade que habría que analizar uno por uno a estos niños definidos como de alta demanda para descubrir si algunas de las situaciones que provocan su comportamiento no son más que un efecto rebote al poco caso que en ese momento les hacen los padres. "Hay situaciones que el niño ya no provoca si el adulto está por él cuando toca". Asimismo, también explica que muchas situaciones vienen provocadas porque hay niños que no cumplen las expectativas que tienen los padres y eso hace que tengan muchos inputs negativos y que no reciban refuerzos positivos. "El niño se puede sentir incomprendido, rechazado y frustrado, y esto alimenta esta situación".

¿Es un rasgo que se mantendrá en el tiempo o evolucionará?

“Gracias al neurodesarrollo de los niños, su comportamiento se va modulando y aprenden a autorregularse. La capacidad de autorregulación que tengan ante situaciones que pueden crearles frustración tiene relación directa con la capacidad que su cerebro tiene para adaptarse y responder a ellas. Si su entorno es hostil, muy rígido y de poca comprensión no ayudará para que la criatura crezca de forma autorregulada. Si el entorno va a su favor, no tiene por qué haber ningún problema posteriormente”, explica Gatell.

¿Qué papel tienen los padres?

Los padres deben actuar de forma normal a la hora de atender las necesidades de los hijos, los reclamen más o menos, apunta el pediatra. “Solo hay que tener un poco de paciencia con los que reclamen más a menudo”. Y eso, señala Castillo, es necesario hacerlo cuando son lactantes, cuando son adolescentes y cuando se van de casa. “A veces, si los padres han tenido a sus hijos en edades más avanzadas, quizás cuesta más, pero no hay que hacer nada más: cuidarlos con paciencia y cariño”.

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