La extrema derecha recarga la "máquina del barro"

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Manifestantes de la concentración en la plaza de Colón en Madrid contra la cumbre de la extrema derecha convocada por Vox-

Los llamamientos al juego limpio y al respeto institucional y político no surten ningún efecto en la extrema derecha. Ni en la de aquí ni en la de fuera. Pero lo vivido en Madrid en la cumbre convocada por Vox supera lo visto hasta ahora. Es muy grave que el presidente de Argentina, el principal cargo institucional del país, esté de visita en España y no sólo no tenga ningún contacto con el gobierno sino que en un mitin se permita insultar públicamente al presidente y calificar de corrupta su mujer entre el aplauso del público. La máquina del barro del que hablaba Pedro Sánchez y que le hizo agarrarse los cinco días para reflexionar no solo no se ha detenido sino que se ha recargado.

La respuesta rápida del gobierno español exigiendo disculpas públicas y llamando a consultas sine die su embajadora en Buenos Aires es drástica, pero podría justificarse desde el punto de vista de la defensa de la honorabilidad del país. No es imaginable ese tipo de comportamiento entre dirigentes democráticos. Es, sin duda, una crisis diplomática que puede tener consecuencias y que habrá que ver si provoca también una crisis interna en función de cómo se están posicionando otros partidos del Estado. De Vox no hay que esperar nada, al contrario, pero del PP, que tiene voluntad de gobierno y que por tanto conoce las mínimas normas del comportamiento diplomático entre países, la Moncloa esperaba una condena de las palabras de Milei que no ha llegado.

Todo ello ha escondido el grueso de las demás cosas, y son muy gruesas, que se han dicho en la cumbre ultra que ha convocado a Vox en Madrid. Se han reunido algunas de las principales voces de la extrema derecha mundial, en lo que era su inicio de campaña para las europeas. Poca broma. Se espera una ola de voto radicalizado hacia estas formaciones, que pueden conseguir tener influencia en el ejecutivo comunitario. Y es que no parece que la derecha tradicional, que ahora lidera Ursula von der Leyen, esté dispuesta a crear ningún tipo de cordón sanitario.

¿Y cuáles son las propuestas que hay detrás de este discurso? También se ha visto en la cumbre de Madrid. En primer lugar, una xenofobia que se focaliza sobre todo en la población musulmana, pero que de hecho es una oposición frontal a la inmigración, especialmente la de los países más pobres. En segundo lugar, una alergia a todo lo que tenga que ver con los discursos de género, la comunidad LGTBI y los derechos de las mujeres, tanto en lo que se refiere a su igualdad socioeconómica como a decidir sobre su cuerpo. La prohibición del aborto se cierne sobre la mayoría de programas de estas formaciones.

Y, en tercer lugar, una política económica basada en un liberalismo extremo y el rechazo al estado del bienestar y ayudas sociales. Es en estos grandes ejes de los discursos reaccionarios en los que debería centrarse la respuesta del centroderecha y las izquierdas europeos. Denunciando a los fabricantes de barro, rebatiendo sus argumentos con datos, propuestas y, sobre todo, ideología. Es necesario volver a hablar de política con orgullo y reivindicando las ideas propias.

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