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Fichar a Neymar no sería un negocio redondo

A pesar de llegar a coste cero, en el Barça no ven claro que se pueda rentabilizar el fichaje de un jugador que tendría una ficha multimillonaria

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Neymar, durante el PSG - Bayern Munic

BarcelonaEl verano del 2019, cuando el entonces presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu, movió los hilos para intentar que Neymar volviera a Barcelona, utilizaba argumentos futbolísticos y económicos para justificar ese posible fichaje: por un lado, la calidad del jugador y su conexión con Leo Messi y, por el otro, que daría un impulso a las finanzas porque se venderían más entradas y se podrían mejorar los contratos de patrocinio. Dos temporadas después, el nombre de Neymar vuelve a estar encima de la mesa. No para venir de manera inminente, sino el próximo verano, una vez acabe contrato con el París Saint-Germain. En el Camp Nou, ahora bajo la presidencia de Joan Laporta, dejan la puerta abierta –creen que puede ser un argumento para que Messi renueve–. Y el jugador brasileño se deja querer paralizando su renovación en el Parque de los Príncipes. Si se completara esta hipotética operación, llegaría con 30 años, a coste cero, pero a cambio de un salario multimillonario. Más allá de si encajaría o no en el vestuario, la gran duda que hay en los despachos nobles del club azulgrana es hasta qué punto valdría la pena apostar fuerte por su regreso. ¿Realmente es tan rentable económicamente, como defiende su entorno?

Esta "es la gran pregunta" que se hacen en las oficinas del Barça, donde reconocen que "hay debate" sobre el jugador. Lo hay este verano, lo había hace dos y lo hubo cuando el brasileño decidió marcharse a París. Entonces, recuerda un ex directivo, Nike se oponía a la salida del crac brasileño. Pero la multinacional deportiva, que viste al Barça y en ese momento también patrocinaba al jugador, accedió al traspaso cuando supo que su destino era el PSG, un club al que también vestía Nike. "A ellos ya les iba bien y a nosotros no nos penalizó". Contrariamente a lo que se había insinuado, quedarse sin Neymar no supuso un problema a nivel de patrocinios. "Las empresas ya saben que somos un club acostumbrado a tener grandes estrellas mundiales. No pasa nada si un año pierdes a una, porque el año siguiente tendrás a otra. Es el mismo ejemplo que el Madrid con Cristiano. No notó la bajada de ingresos. Otra cosa sería que se cambiara el modelo", comenta una de las fuentes consultadas.

Neymar posa con Khelaïfi el día de su presentación con el PSG.

Juega uno de cada dos partidos

Nadie niega el impacto de la marca Neymar, un jugador muy popular que también se convierte en un gran reclamo publicitario. El problema, añaden, es hasta qué punto el club se puede beneficiar de ello. "Que sea una máquina de hacer dinero no implica que repercuta en el club. Y más teniendo en cuenta que Neymar arrastra un historial de lesiones y de conflictos fuera de los terrenos de juego, como por ejemplo todos los líos judiciales. Esto resta valor a la marca", comenta una de las fuentes consultadas, que aísla la parte deportiva y se centra únicamente en la cuestión económica. "Neymar es rentable para el club si juega todos los partidos. Pero si se lesiona a menudo, si lo expulsan constantemente o si empieza a pedirse permisos para ir a los cumpleaños de la familia...", añaden, con un punto de escepticismo. Las cuatro temporadas que estuvo en el Barça, Neymar jugó entre el 70% y el 82% de los partidos oficiales. En cambio, en los cuatro años que lleva en París, ha jugado entre el 48% y el 55%. O sea, que se pierde uno de cada dos, de media.

El entorno de Neymar ha usado argumentos financieros para avalar su posible regreso, asegurando que cuando se marchó cayeron los ingresos en picado. Por ejemplo, dijeron que la venta de camisetas menguó un 30%. Fuentes conocedoras del caso aseguran que "no se dejó de vender ni una", sino que "se diversificó" y este 30% repercutió en Messi, que vendió más, y en otros jugadores, que también fueron al alza. En cuanto a la venta de entradas, en el Camp Nou constatan que la presencia de público no cayó por el adiós del brasileño, sino porque ese primer trimestre se juntaron los atentados de Barcelona (17-A), el referéndum del 1-O y que la mayoría de partidos fueron por la noche y con lluvia. "Un año después se batió el récord de facturación", comentan. Según la memoria económica de la entidad, el último año de Neymar en el Barça se facturaron 65,2 millones en ticketing y, el año siguiente, se bajó hasta los 61,1. Pero, ya el curso 2018-19, se batió el récord de facturación con 71,6 millones de ingresos. "Sin Neymar, los ingresos ordinarios y de explotación siguieron creciendo", recalca un ex directivo.

Equilibrar la balanza

Estos datos no quieren decir que la hipotética llegada de Neymar sea estéril, económicamente. "Su regreso daría, sin ningún tipo de duda, un impulso a las finanzas y podría servir de cebo para nuevos patrocinadores o para crecer en el mercado digital", insisten desde el área económica. En contrapartida, también supondría una inversión muy alta a nivel salarial. Hace unos años la balanza estaba equilibrada y tanto club como jugador salían ganando. Hoy en día no está tan claro que sea un negocio redondo para el Barça. Por eso, cuando Neymar paraliza la renovación con el PSG y llama a la puerta del Camp Nou, algunas voces contrarias a su regreso tienen la teoría de que el jugador lo que realmente busca es volver a una entidad que tiene más valor y visibilidad para sacar rendimiento. Ponen como último ejemplo la lista Forbes, donde el Barça tiene el doble de valor (casi 4.000 millones de euros) que la entidad francesa. Y señalan también la bajada de ingresos publicitarios del futbolista, que, según esta misma revista, en el último año ha pasado de cobrar 26 millones de euros anuales a 15. "El Neymar de hoy no es el mismo que el de hace cuatro años".

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