'EPIC FAILS'

El intento de los fundadores de Skype de emular a YouTube

Marc Amat
3 min
El intento de los fundadores de Skype de emular a YouTube “Era una empresa que lo tenía todo para triunfar, desde los fundadores de éxito hasta el capital y el conocimiento, pero quiso crecer demasiado deprisa, no supo analizar bien el mercado y no logró firmar buenos acuerdos”, analiza Susana Domingo, profesora de estrategia y emprendimiento de la Barcelona School of Management de la UPF.

Järfälla es una ciudad sueca de unos 80.000 habitantes, en el norte de Estocolmo. Es normal que nunca haya oído hablar de ello: sólo tiene una gran plaza central, una autopista que la atraviesa, un gran Ikea inaugurado en los años 90 y el aeropuerto desguazado de Barkarby, donde los Abba se tomaron la fotografía de portada del disco Arrival (1976). Pero allí, en 1966, nació también Niklas Zennström, un chico que en el 2003 acabó fundando el software de videollamadas por internet más famoso de la historia: Skype. Lo hizo acompañado de Janus Friis, un chico danés con pocos estudios reglados pero que se las arrebató para coincidir laboralmente con Zennström y ganarse su confianza. Juntos terminaron levantando un imperio y bailando bajo una lluvia de billetes verdes.

En 2005, dos años después de poner en marcha Skype, lo vendieron al gigante del e-commerce eBay y se embolsaron 2.600 millones de dólares. Con el dinero, Zennström y Friis crearon un nuevo proyecto: Joost. Pero la historia no fue tan hermosa.

Hacía tiempo que ambos querían fundar una plataforma que permitiera ver a través de internet ya cualquier hora los contenidos que emitían las cadenas de televisión: una especie de YouTube pero con los principales programas producidos por las televisiones norte- americanas. Con el dinero de eBay, en 2006 contrataron a un equipo de 150 desarrolladores web, los repartieron en seis sedes en todo el mundo y empezaron a trabajar con él. Tras varias filtraciones, en 2007 anunciaron oficialmente el nacimiento de Joost. "Es una nueva manera de ver la televisión pero en internet, con imágenes en alta definición, con cientos de programas para elegir e incluso un chat para comentarlos al instante con los amigos", explicaban en el portal de la plataforma . Más allá de la web, el servicio también se desplegó a través de aplicaciones para teléfonos móviles e incluso consolas.

Al cabo de una semana, los fundadores anunciaron que habían recaudado otros 45 millones de dólares procedentes de fondos de capital riesgo como Sequoia Capital e Index Ventures; de Li Ka-shing, un magnate de Hong Kong considerado una de las treinta personas más ricas del mundo, y de la cadena estadounidense CBS. Pero el paso clave se produjo en febrero del 2007, cuando Joost firmó un acuerdo con Viacom para distribuir a través de la plataforma contenidos de sus cadenas y productoras: desde MTV hasta Paramount Pictures. Instantáneamente, Viacom pidió retirar de YouTube 100.000 vídeos de sus productoras y apostó por que solo se vieran en Joost. Pero la historia empezó a torcerse en octubre del 2007 cuando apareció un nuevo competidor: Hulu.

Con un modelo muy similar al de Joost, había firmado acuerdos con cadenas como Fox y la NBC y había acabado ofreciendo un catálogo con más contenidos. Esto obligó a repensar el proyecto y Joost cerró todas las aplicaciones para centrarse sólo en la web. En 2009 la compañía se vendió a Adconion Media Group, por un precio que nunca se hizo público, y en 2012 acabó desapareciendo. “Joost se equivocó porque nunca actuó como una start-up : contrató a demasiados trabajadores y quiso crecer demasiado deprisa -analiza Susana Domingo, profesora de estrategia y emprendeduría de la Barcelona School of Management de la UPF-. No supo analizar el mercado y se topó con una competencia que ofrecía mejores servicios”, concluye la profesora.

La lección

“Era una empresa que lo tenía todo por triunfar, desde los fundadores de éxito hasta el capital y el conocimiento, pero quiso crecer demasiado deprisa, no supo analizar bien el mercado y no logró firmar buenos acuerdos”, analiza Susana Domingo, profesora de estrategia y emprendimiento de la Barcelona School of Management de la UPF.

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