Geert Wilders: un problema europeo

Geert Wilders, político de derechas holandés y líder del Partido por la Libertad (PVV), habla en los medios después de la victoria en las elecciones holandesas del 22 de noviembre de 2023 en Scheveningen, Países Bajos.
23/11/2023
2 min

¿De dónde sale Geert Wilders? ¿Cómo es posible que un xenófobo de ultraderecha haya ganado unas elecciones en Países Bajos? Antes de entrar en la letra pequeña neerlandesa, es necesario abrir el foco. Europa hace tiempo que da síntomas de involución ideológica. Con el fin de la Guerra Fría, la lenta pero inexorable caída de la socialdemocracia ha dejado un panorama sin hegemonías claras: la revolución conservadora no ha terminado de cuajar. De hecho, se ha visto superada por la derecha. Los nacionalismos clásicos tampoco han llenado del todo el vacío. Ha sido la ultraderecha autoritaria y superidentitaria la que en los últimos tiempos ha ocupado cada vez más espacio, desde Italia y Hungría, donde ya gobierna, hasta Francia, España o ahora los Países Bajos. Las sucesivas crisis encadenadas –migratoria, financiera, climática, pandémica y bélica–, sumadas al Brexit ya una Unión Europea vivida como una superestructura burocrática y que la población no acaba sintiendo como propia, han ido abonando una desafección y desorientación políticas crecientes .

El fenómeno, además, también está alimentado por lo que ocurre en el continente americano, en especial en EEUU, donde el factor Trump sigue planeando sobre el escenario, pero también en Brasil y ahora en Argentina. Con características propias en cada país, por todas partes ganan peso opciones extremas que rompen con la democracia liberal clásica y ensayan huidas hacia adelante en los terrenos económico, social e institucional, alimentando guerras culturales demagógicas que llevan a cuestionar desde la evidencia de la crisis climática hasta a los derechos LGTBI+ oa romper con la memoria de los fascismos y apostar por políticas duras de orden con refuerzos policiales y militares.

En el caso de Países Bajos, Wilders, al estilo del Abascal de Vox, es un político surgido de la derecha conservadora que ha ido radicalizando su discurso claramente xenófobo contra el islam y la inmigración. Primero los de casa. Con fundamento, ha sido bautizado como el Trump holandés, y no sólo por su melena rubia y el uso intensivo de las redes sociales, sino también por su histrionismo y ultraliberalismo. Como en la mayoría de formaciones antipolíticas, ejerce un liderazgo muy personal y aguanta solo la formación con la que ahora se ha colocado como primera fuerza del Parlamento. La fragmentación de la cámara no hará fácil, sin embargo, que pueda formar un gobierno de coalición. Pero las alternativas tampoco serán nada fáciles. De hecho, el escenario más plausible en Amsterdam es, en estos momentos, una situación de bloqueo. Algo que en realidad beneficiaría al propio Wilders, que podría presentarse una vez más como víctima del sistema. Porque ésta es una característica de estos nuevos salvadores de la patria: definirse como antisistema, antielite, anticasta.

A pesar de su pequeño peso demográfico, los Países Bajos forman parte del núcleo fundacional de la Europa moderna, tanto de la actual UE como de la OTAN. Con una sociedad que dio un gran salto adelante en los años 60 y 70 –revolución sexual, desarme, primeras políticas ambientales, liberalización de las drogas, eutanasia...–, hoy experimenta un claro y paradigmático retroceso en muchos de estos terrenos, una involución paradigmática de lo que ocurre en el conjunto de Europa.

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