Ésta es la historia del Volkswagen Polo Playa, un Seat Ibiza con logotipos de Volkswagen

En 1996 el Ibiza de segunda generación se vendió en Sudáfrica... pero no bajo el nombre de Seat

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Ésta es la historia del Volkswagen Polo Playa

Las marcas de coches son por encima de todo empresas, por lo que su objetivo principal es ganar dinero. La mejor forma de hacerlo es o bien vendiendo tantos coches como puedan o bien obteniendo la mayor rentabilidad posible por cada vehículo, pero la forma de conseguirlo puede ser diferente en función de la marca de la que estemos hablando. Algunos fabricantes apuestan por la exclusividad, otros por un margen de beneficio elevado, otros por vender un número elevado de coches... y en el caso de estos últimos, los costes de fabricación son un elemento clave.

Un buen ejemplo de esto lo encontramos en el Grupo Volkswagen. Se trata de una de las mayores empresas mundiales del sector de la automoción, al reunir marcas como Audi, Porsche, Bentley, Lamborghini, Seat, Cupra, Skoda, Bugatti... y un largo etcétera que incluye fabricantes de vehículos comerciales, camiones, motos y evidentemente la misma marca Volkswagen. Ante tal abanico de marcas, gamas y costes, la planificación económica es fundamental. Y en este Sentido el Grupo VAG es un experto, ya que lleva muchísimos años reaprovechando piezas, plataformas y líneas de producción en todo el mundo con la intención de reducir costes y aumentar los beneficios.

El Volkswagen Polo Playa es un ejemplo de 'badge engineering'

Pero cuyo ejemplo hablamos hoy no es un modelo que reaprovecha una plataforma de otro o que utiliza alguna pieza en concreto, sino de un verdadero caso de rebadge dentro de un propio fabricante. Para quien no tenga ubicado el término, uno rebadge consiste en fabricar un mismo producto con marcas diferentes, algo que vivimos hoy en día con coches como el Subaru Solterra y el Toyota bZ4X o con el Renault Captur y el Mitsubishi ASX, sin ir más lejos. Ahora bien, si alguien piensa que esto es una práctica moderna que siga leyendo, porque ésta es la historia del Polo Playa, un Seat Ibiza con logotipos de Volkswagen.

Un Seat con logotipos de Volkswagen para Sudáfrica

En 1996 el Grupo Volkswagen disponía en sus gamas de dos utilitarios que hoy en día todavía siguen a la venta: el Volkswagen Polo de tercera generación y el Seat Ibiza de segunda. El mercado sudafricano demandaba un utilitario moderno, pero Volkswagen se percató de que su Polo no era competitivo en el país africano porque sus elevados costes de producción le convertían en un coche caro para el público local. Así que la solución pasó por reaprovechar un producto que ya existía en el grupo y adaptarlo mínimamente.

En 1998 Volkswagen instaló en su modelo africano el cuadro de mandos de los Polo y Lupo europeos

El coche en cuestión fue, evidentemente, el Seat Ibiza. En otras circunstancias quizás se podría haber vendido el coche exactamente igual y sólo cambiar los logotipos, pero Seat era una marca que no tenía presencia en Suráfrica y Volkswagen quiso personalizar ligeramente el Ibiza para tratar de asimilarlo un poco al Polo de tercera generación que se vendía en Europa. Así, el resultado fue el que se ve en las imágenes: un Ibiza de segunda generación con todas las de la ley, pero con algunos cambios estéticos que hacían que se viera algo más Volkswagen y algo menos Seat.

El frontal del Polo Playa era muy similar al del Polo "original", ya que elementos como los faros, parrilla o parachoques derivaban directamente del modelo de Wolfsburg. Por otra parte, las llantas también eran específicas y en la parte trasera los pilotos no cambiaban, pero la puerta del maletero sí lo hacía. Así, el resultado era un coche más barato que el Polo europeo y que podía venderse en Sudáfrica perfectamente.

Los cambios principales respecto al Seat Ibiza se encontraban en el frontal, en las llantas y en la puerta del maletero

Todo un éxito de ventas

No hemos hablado del interior, pero lo cierto es que en el caso del modelo de 1996 el habitáculo del Polo Playa era idéntico al del Seat Ibiza excepto por el logo del volante. Eso sí, en 1998 la marca alemana introdujo en su modelo africano el cuadro de mandos de los Polo y Lupo, haciendo que aún fuera más atractivo para el público local.

A pesar de estar disponible únicamente con carrocería de cinco puertas e ir asociado necesariamente o bien a un motor 1.4 MPI de 60 o 75 CV o bien a un 1.6 MPI de 100 CV, lo cierto es que el Volkswagen Polo Playa se convirtió en todo un éxito de ventas en Sudáfrica hasta el año 2002, momento en el que finalizó su comercialización. Todo ello, un buen ejemplo de cómo reconvertir un modelo ya existente para evitar asumir los costes de desarrollar uno nuevo y poder hacer lo que quieren hacer las empresas... ganar dinero.

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