Llegan a Catalunya los radares autónomos, que pueden poner más de 14.000 multas al año
El Servicio Catalán de Tráfico pondrá en marcha dos de estos dispositivos este mismo mes de abril
Hace 8 años las carreteras francesas pasaron a estar controladas por un nuevo elemento: los radares autónomos. Se trata de un tipo de dispositivo móvil que está equipado con ruedas retráctiles y control remoto, y que puede operar de forma autónoma durante un máximo de 10 días sin tener que estar controlado por un agente a pocos metros.
Fabricados por la empresa alemana Vitronic bajo el nombre de PoliScan FM1, estamos básicamente delante de un radar que se instala en el remolque de un vehículo y que se puede "estacionar" en cualquier punto de una carretera .
Para funcionar utiliza baterías internas extraíbles y conexión Wi-Fi, analizando las imágenes obtenidas de cada infracción y enviándolas casi en el mismo instante en que se ha producido.
Los temidos radares autónomos llegan a Cataluña
Desde que fueron introducidos en Francia, los radares autónomos han puesto a miles y miles de multas. De hecho, cada uno de estos dispositivos es capaz de detectar más de 14.000 sanciones anuales (una cifra mucho mayor que la de los radares fijos e incluso que la de los móviles), por lo que son todo un éxito a la hora de multar. Pues bien, recientemente se ha anunciado que este tipo de radares están a punto de empezar a multar a Catalunya.
Y es que el Servicio Catalán de Tráfico (SCT) ha anunciado que dos de los cuatro radares autónomos que adquirió el Gobierno el pasado verano (y que supusieron un gasto de 1.067.391,02 euros) entrarán en servicio ese mismo mes de abril. En cuanto a los otros dos, se espera que estén operativos antes de fin de año.
¿Cómo funcionan?
En un vídeo publicado por la misma empresa que los fabrica, Vitronic, se explica perfectamente cómo funcionan estos dispositivos. Los agentes encargados de transportarlo le llevarán en el remolque allá donde quieran instalarlo y lo acabarán de situar mediante un mando a distancia. Sólo tendrán que configurar los parámetros del tramo a vigilar y dirigir tanto la cámara como el láser y el flash para poder obtener una imagen válida.
Lo curioso –y que representa la principal diferencia respecto a los radares móviles– es que los agentes no tendrán que quedarse allí mismo para desmontarlo posteriormente o llevárselo, ya que su autonomía de hasta 10 días le permite sancionar sin apenas pausa. Además, su láser de 75 metros de alcance puede detectar excesos de velocidad en varios carriles a la vez y su armazón exterior está blindada a prueba de vandalismo. Según ha informado el Servicio Catalán de Tráfico, la idea es "instalar" estos radares en zonas donde se registre una mayor concentración de accidentes que tengan la velocidad como denominador común.