Maria Xinxó: “Desde que no finjo orgasmos soy mucho más feliz”

La historia de amor de la periodista con el fotógrafo Pau Venteo

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Maria Xinxó y Pau Venteo, de celebración

La primera vez que la periodista Maria Xinxó supo de Pau Venteo fue a través de la radio. Trabajaba en el programa Islandia de RAC1 con Albert Om y un día leyó mensajes de los oyentes. El primero era de Pau ya Xinxó le llamó la atención. Fuera de antena, Albert Om le dijo que había sido alumno suyo, "un chico muy brillante que despuntaba". Otra compañera dijo que le conocía porque cantaban juntos en la coral.

Pasaron dos años y Pau se hizo fotoperiodista y le preguntó a Xinxó si podía hacerle una sesión de fotografías. Ella accedió por las buenas referencias y así fue cómo se conocieron. “Era muy serio, muy misterioso, muy profesional, marcaba mucho las distancias. Me quedé con la impresión de ese aura de misterio, de preguntarme quién era y qué había detrás de ese chico”. La sesión de fotos, efectivamente, fue muy profesional, "además él tenía pareja".

Un día, en plena pandemia, él le escribió un mensaje por Instagram que dejaba claro que ya no tenía pareja. Cuando las restricciones por la covid se fueron suavizando, quedaron y pronto empezaron una relación. Cuatro años después, asegura que finalmente "ha resuelto el misterio". “Ha costado lo suyo, es una de esas personas a las que tienes que ir rascando para llegar al corazón, pero cuando lo haces, dices: «¡Ah, vale!» No todo el mundo tiene la suerte de ver la esencia real de Pau y cuando lo haces te hace sentir muy afortunada”, dice Xinxó. En esta esencia destaca el humor, y el de Pablo le adora: "Si la persona que tengo al lado no me hace reír, es que algo no va bien".

Con él, pese a su juventud –se llevan 13 años–, asegura haber aprendido mucho. “Para mí ha sido la pareja más difícil que he tenido en la vida porque es tan adentro que a veces cuesta mucho saber qué quiere o si le ha herido algo. Gracias a esto, hemos crecido muchísimo en comunicación”, señala la periodista.

Conocerse a sí misma también le ha permitido vivir el amor de otra forma. “Durante muchos años nos han hecho creer que el amor romántico es el Santo Grial, y no lo es. Una vez fui consciente de esto, me quité un peso de encima. Pensé: «Las cosas empiezan y acaban y la vida sigue y no pasa nada». Desde que lo vivo en cuanto soy mucho más feliz”, asegura.

Todo lo que ha aprendido de sí misma, dice, también se lo ha llevado a la cama. “Yo durante muchos años he fingido orgasmos. Soy muy feliz desde que no finjo. Ahora sé que si estamos un poco por mí y por mi placer la cosa irá mejor. Siempre se lo digo a las amigas: yo ya no concibo un clavo sin orgasmo”.

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