Homenotes y danzas

El pionero del Barça y de la radio que impulsó la electrónica de consumo en Catalunya

Royston St. Noble fundó Anglo Española de Electricidad, que fabricaba radios y televisores en Barcelona

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D.Royston sale a la portada de Radio Barcelona.

BarcelonaEl Barça, Radio Barcelona, ​​la industria de la electrónica de consumo, la familia del poeta Maragall... parecen todo conceptos sin relación, pero aunque parezca imposible, hay un hombre que es el factor común de todos ellos. Este personaje tan singular ya la vez capital para el país nació en la calle Pelayo en 1886 y se llamaba Royston St. Noble.

En esa Barcelona de final de siglo una de las diversiones de moda de las clases altas de la ciudad era el fútbol, ​​deporte importado de las islas británicas y que pronto arraigaría entre la numerosa colonia extranjera. El pequeño Royston se enroló en el infantil del equipo de los ingleses, el mismo grupo que poco después se fusionaría con el Barça de Gamper, por cierto, club con el que tanto Royston como su hermano George jugarían algunos partidos hacia allí en 1902. La influencia de los ingleses en los primeros pasos del FC Barcelona es el argumento en el que se basan algunos estudiosos (entre ellos William Maddock, limpio de nuestro protagonista) para asegurar que el origen de los colores emblemáticos del club hay que buscarlo el a la Unión Jack. Por otra parte, la vinculación con el poeta Maragall venía dada porque la esposa de éste, Clara Noble Malvido, era prima de St. Noble.

Que el padre regentara un comercio de componentes eléctricos despertó la vocación de St. Noble, que cuando tuvo la edad adecuada se fue a Boston (Massachusetts) a estudiar ingeniería eléctrica. En Estados Unidos descubrió todo lo que allí hacían con la electricidad y decidió que dedicaría su vida a implantarlo en Catalunya. El periplo en América también le sirvió para conocer a la que sería su primera mujer, con la que vivió un tiempo en Barcelona, ​​pero con la que la convivencia no acabó de funcionar. Poco después empezó una relación con la valenciana Maria Pla, con la que tuvo tres hijas.

Otro ámbito de trabajo que heredó del padre fueron las radiofrecuencias, lo que en aquella época se llamaba telegrafía inalámbrica. Junto con Eduard Rifà Anglada y otros emprendedores pusieron en marcha la primera emisora ​​del Estado, Ràdio Barcelona. Desgraciadamente y con malas artes, la emisora ​​cayó poco después en manos de Unión Radio de Madrid, lo que hoy es la Cadena Ser. Por cierto, Rifà creó también una marca linternas llamada Lot, nombre que acabaría por convertirse en un genérico para llamar a este producto.

De muy joven se vinculó al Club Golf Sant Cugat (originalmente New Barcelona Golf Club), que había empezado a constituir Frederick S. Pearson en 1912, hasta el punto de ser presidente en tres etapas diferentes, antes y después de la guerra . Aparte del golf y del fútbol, ​​también fue un practicante asiduo del tenis.

Pero el gran éxito vendría a través de la compañía Anglo Española de Electricidad, dedicada primero a la fabricación de aparatos de radio y más tarde a la de televisores y otros aparatos electrónicos. La firma había sido creada en 1880 por el padre, pero bajo el mando de Royston St. Noble y de su hermano George experimentó un gran crecimiento que les hizo muy ricos. En la década de los veinte la empresa dejó la sede histórica de la calle Pelayo para instalarse en un edificio corporativo en la confluencia de la Gran Via con la calle de Urgell. En aquellos años y posteriores, el entendimiento con su hermano George era total: mientras Royston era una persona de despacho, George era un hombre de acción. Durante la Exposición Internacional de 1929, St. Noble colaboró ​​estrechamente con Carles Buïgas y Carles Montañès en la instalación eléctrica de las luces de la Font Màgica.

Con la llegada de la Guerra Civil, abandonó la finca de Vilanova del Vallès donde vivía (que, por cierto, había comprado a la familia Comamala, una estirpe también muy vinculada al Barça) para instalarse en Londres. Allí montó una fábrica de máscaras de gas que sirvió para abastecer al ejército británico de cara a la Segunda Guerra Mundial y que también resultó un gran negocio. De regreso a Catalunya, encontró la fábrica de Anglo Española de Electricidad en buen estado y reactivó la producción, ahora favorecida por la autarquía de la España de Franco, que restringía las importaciones al extremo.

Cuando la compañía estaba en su mejor momento, a finales de los sesenta, Royston St. Noble tomó la decisión trascendente de vender la empresa a la multinacional japonesa Panasonic, que así puso su primer pie en el Estado. La compra total de las acciones y la desaparición de la marca Anglo Española culminó en 1974, una vez nuestro protagonista ya estaba muerto. Siempre se arrepintió, hasta el punto de que pasó los últimos años de su vida en medio de una fuerte depresión.

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