Querido desconocido, te informo que soy una mujer
Querido desconocido, te llamo así porque hemos hablado a través de una aplicación o por algún servicio de mensajería, pero no nos hemos visto en persona. Mientras esto no ocurra para mí esta conexión no es real del todo. Seguro que a ti también te ha pasado que a la hora de quedar hay gente que se esfuma, que lo alarga hasta no hacerlo nunca realidad. Por eso, mientras no nos sentamos cara a cara todo es una mezcla de proyección, intención y vesasabertuqueseráángelamaría. La experiencia me ha llevado hasta aquí y sé que es una buena decisión aparcar lo que puede ser hasta que de la virtualidad pasemos al modo analógico.
Porque al añadido de la posibilidad de bomba de humo, abducciones repentinas o simplemente descubrir con una sencilla conversación por WhatsApp o teléfono que eres alguien a quien no quiero llegar a conocer, por el hecho de ser mujer me pasan cosas que en tú no te pasan. Debido a que me pidan chats calientes, fotos explícitas u otras delicias. Como bien habrás podido comprobar en mi perfil no soy alguien que rehuye la sensualidad, pero no jodamos, no sé quién eres y no soy tan idiota para enviarte fotos mías en pelotas o para jugar a ponerte caliente cuando no sé ni si tus fotos corresponden a quién eres ni si me interesas ni si únicamente estás utilizando la aplicación para realizar sexting y con esto ya serviste. No, tampoco pienso hacer una videollamada. Insisto, no sé quién coe eres y vete a saber si esta videollamada la acabas grabando. No, a mí nunca me ha pasado nada y por eso estoy contenta de actuar como actúo, con alegría, con valentía y también con sentido común.
Y cuando te pido un número de teléfono antes de quedar y tú te encoges yo estoy a un segundo de bloquear nuestra conexión. Porque quiere decir que no entiendes qué es ser una mujer y me da vergüenza ajena explicar a un hombre adulto que las mujeres cuando quedamos con un hombre por primera vez siempre enviamos su contacto a una amiga o amigo de confianza. Y que explicamos dónde estamos. Y si tú no comprendes los motivos y te ofendes y me dices que eres buena persona y yo te digo que seguro que sí, pero que por ahora eres un perfecto desconocido, si yo tengo que llegar a decirlo, l interés, la curiosidad, la libido y todo lo demás desaparecen en un microsegundo. Has dejado de ser sexy e interesante para pasar a ser un hombre que no entiende lo que es ser una mujer en nuestra sociedad. Y de repente me das pereza. Cómo me da pereza contártelo. Y por eso no lo hago y te digo chaochao. Que ya tenemos una edad y hay explicaciones que no hace falta.
No, esto no significa que las mujeres pensemos que todos los hombres sois iguales y que sois malos y terribles. Por favor, qué pereza tener que aclararlo, pero qué pereza tan perezosa. Soy una mujer que detesta las generalizaciones y nunca me oirás decir “los hombres son” o “las mujeres somos”. Pero como mujer en un entorno hoy por hoy hostil, tomo algunas precauciones ya partir de ahí me dispongo a abrirme a la posibilidad de que la vida me sorprenda y me traiga conexiones bonitas y especiales. Y mira por dónde, me funciona.