Cuando el aire sobrepasa su capacidad de albergar vapor de agua aparece la niebla. La niebla, como la nieve, tiene también su silencio. Es el perro que ladra niebla adentro y la caricia en la piel de la montaña.
Un silencio atronador
En la ausencia de sonido la fotografía puede ser un ejercicio de introspección, una forma de buscar en el silencio de las fotografías una nueva lectura


BarcelonaEl ruido ambiental, al hacer fotografías, forma parte del recuerdo que guarda el autor de las imágenes. Cuando la fotografía la ha hecho otra persona, a menudo imaginamos los sonidos que había en el momento de realizarla. Esta información la desconocemos, pero nuestra gestión del ruido y del silencio en la actividad diaria condiciona cómo miramos, cómo aprendemos e incluso cómo rinde nuestro cerebro. Ser capaces de concentrarnos cuando miremos una obra gráfica y escuchar el impacto del silencio es lo que pretende este trabajo. El silencio en la era del ruido.
"El silencio aparece, a veces, como una irresistible inmensidad. Una inmensidad, por su parte, absolutamente elocuente".
El mar se lo traga todo. Lo reinterpreta y lo devuelve. Lo escribe Alessandro Baricco en su novela Océano:"Nosotros caminamos, dejamos todas esas huellas sobre la arena, y ahí se quedan, precisas, ordenadas. Pero mañana, cuando te levantes, al mirar esta enorme playa ya no habrá nada, ni una huella, ni una señal cualquiera, nada . El mar borra por la noche. La marea esconde nunca.. El mar es silencio. La primera fotografía, deun rescate de la ONG Open Arms, en el Mediterráneo central, nos lleva a la segunda imagen, de una tarde de primavera en el delta del Ebro.
De vivir dentro de las murallas se pasó a vivir en el Eixample, después se pasó a ocupar espacios inicialmente vacíos, más allá de la cuadrícula del Eixample, y posteriormente en municipios de los alrededores de Barcelona. La ciudad contra la metrópoli.
En 1952, el músico vanguardista John Cage estrenó la obra 4'33''. Un silencio de cuatro minutos y treinta y tres segundos. La obra no es ninguna broma.
Nuestra presencia es comunicación. Lo que somos habla a los demás y les da una información. Estamos enviando mensajes continuamente: nuestra postura, nuestra mirada, el ritmo de nuestra respiración, nuestros gestos.
Hay una cita de Franz Kafka que dice: "La queja no tiene sentido. La alegría es ridícula. Para la felicidad no solo basta el silencio, sino que es la única posibilidad".