Hoy hablamos de
Estoy soltera, no sola
25/02/2025
Escriptora i guionista
2 min
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Estoy en un box con dos de mis hermanas. Mi madre ha tenido crisis de salud y la han trasladado en ambulancia desde la residencia a un hospital. Tiene demencia y el cerebro cada vez le funciona peor y hace que algún mecanismo del cuerpo no funcione como debería. Todo está controlado, ya le han dado la medicación adecuada y en breve podremos acompañarla a la residencia de nuevo. Pero la miro y me cabreo con la vida. Aquella mujer que solía ser mi madre ahora es una anciana frágil, desorientada y enferma, y ella, que leía a Tolstoi, ya solo juega con una muñeca a cuidarla. Yo no quiero esto para mí. No quiero. No es necesario. Ni para mí ni para los que deberían hacerse cargo de mí. Y respiro aliviada porque hace dos años firmé un testamento vital con instrucciones exactas de lo que he elegido para mí en muchas circunstancias. La demencia también.

Nombré administradoras de mi testamento vital a una de mis hermanas y a Inma, mi mejor amiga y cómplice y compañera de vida, y ella, a su vez, hizo lo mismo conmigo y su hermana. Hablamos mucho de ello y todavía lo hablamos, tanto con ella como con otros amigos. Y no solo de cómo queremos terminar nuestra vida y de la defensa de una muerte digna. También de cómo cuidarnos antes de que llegue ese momento. De cómo cuidarnos entre nosotros porque muchos de nosotros estamos solteros y algunos tampoco tienen hijos.

Demasiadas veces me preguntan si estoy sola. Y siempre se me escapa la risa. ¡Respongo que no tengo pareja, pero no estoy sola! Para empezar porque cuando estoy conmigo misma, estoy muy bien. Me hago compañía y me gusta hacer de todo con esa mujer de cincuenta y cinco años que soy yo. Este estar bien no ha caído del cielo, pero el trabajo hecho ha merecido la pena.

Pero lo más importante es que, al igual que tantas otras mujeres (y sí, también algunos hombres), hace años que tejo red social. Tengo la gran fortuna de haber nacido en una familia hermosa de muchos hermanos y encima decidí tener tres hijos y sé que puedo contar con todo este gran clan. Pero para mí son igual de importantes aquellas personas a las que considero mis amigas. Hay más mujeres, pero también algunos hombres. Y tal vez sea cosa de la edad, pero muchos estamos solteros. O algunos tienen pareja, pero saben que quién sabe más adelante lo que puede pasar. Y hablamos de cómo tenernos. De avisarnos. De estar disponibles para ayudarnos. De poder llamarnos a la hora que sea si necesitamos una mano. Si a medianoche ocurre algo. De acompañarnos a hospitales y donde haga falta. De cuidarnos unos a otros. Y no solo ahora, sino de sostenerlo en el tiempo, porque nos queremos. Y porque nos hemos escogido.

No sé si mi soltería será permanente. Ya he escrito y repetido muchas veces que me encantaría poder vivir una relación de pareja, libre, madura, abierta y bla, bla, bla. Y si esto no ocurre, o mientras ¡no ocurre, en el ahora y en el aquí, estoy en paz y sé y me siento muy, muy acompañada.

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