Transparencia para prevenir la conspiranoya

El candidato republicano, Donald Trump, durante una reciente intervención.
20/10/2024
2 min

Ventanales inmensos en los centros de recuento de papeletas –para que se pueda ver todo lo que sucede desde la calle–, cámaras ante los buzones de voto anticipado, localizador GPS en todos los recipientes de transporte de papeletas... en algunos estados estadounidenses como Arizona están trabajando para prevenir la sombra de la duda trumpista que lleva años sobrevolando las elecciones de EEUU. Arizona se convirtió en el 2020 en un foco de conspiranoyas sobre fraudes electorales cuando Joe Biden logró cambiar de color el estado, de rojo republicano a azul demócrata, por primera vez desde 1996. La diferencia fue de tan sólo unos 10.000 votos y ese resultado fue clave para que Biden lograra la victoria electoral. En las midterm volvió a ponerse en duda el recuento de sufragios, con todo tipo de rumores: desde el reparto de rotuladores llamados, hasta autobuses escolares cargados de papeletas abandonados en el desierto.

Ahora, con las nuevas elecciones presidenciales cada vez más cerca, las encuestas señalan que serán unos comicios reñidos. Kamala Harris no quiere ponerle fácil a Trump, y tras la renuncia de Biden arrancó la campaña con fuerza. Esto no quiere decir que tenga la victoria asegurada, al contrario, pero sí indica que todavía hay partido, que Trump ya no puede dar la victoria por segura.

Lo previsible es que el expresidente y candidato republicano, si no gana las elecciones, vuelva a reaccionar como ya lo ha hecho antes: minando las instituciones de EEUU. La conspiranoya populista de Donald Trump pone contra las cuerdas al sistema democrático estadounidense a través de uno de sus pilares fundamentales: el voto. No lo hace para protegerlo, tal y como quedó claro con el asalto al Capitolio, sino para conseguir el poder al precio que haga falta.

En el marco de esta situación, todo esfuerzo por aumentar la transparencia del sistema electoral es una buena iniciativa, una forma de combatir la posible desinformación antes de que se origine. Y ésta es una de las razones por las que vale la pena que estemos atentos a estas elecciones de EEUU. La principal, evidentemente, es el peso que todavía tiene Washington a nivel global, y las consecuencias que puede tener para el equilibrio geopolítico, en el actual contexto cada vez más inestable, que gane uno u otro candidato. Pero también nos conviene observar cómo funcionan las medidas para aumentar la transparencia del sistema electoral, si se le sigue poniendo en duda y cómo se hace.

En Catalunya y en España también existen versiones autóctonas de extremas derechas populistas que tienden a reflejarse ya intentar copiar las tácticas de las del otro lado del Atlántico. Y tampoco dudarán en atacar los cimientos del sistema democrático si eso puede hacerles servicio de alguna manera, tal y como se ha podido ver en algunos de los eslóganes de la manifestación de este domingo en Madrid. Las elecciones estadounidenses son importantes por sí mismas, pero también lo son para aprender a prevenir ataques a la democracia.

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