Cuando tu vida es estar de viaje

Ser una mujer sola me hace pensarme dos veces donde aparcar para dormir

Amarna Miller
2 min

Hace ya prácticamente año y medio que me mudé a mi furgoneta para ahorrar y aprender a subsistir con lo mínimo mientras me recorro Estados Unidos. Como os podéis imaginar, cuando tu vida se convierte en un viaje constante tienes que dejar atrás muchas comodidades y acostumbrarte a vivir de una manera que nunca antes habías experimentado.

Compensa, por supuesto. La sensación de libertad es absolutamente increíble. Pero siento que existen una serie de mitos alrededor de este estilo de vida que me gustaría derribar. Demasiadas fotos en Instagram nos hacen imaginar a chica de aire bohemio decidiendo su próximo destino en un mapa.

La realidad es que encontrar agua potable se convierte en la tarea central de muchos de mis días, y paso más tiempo del que me gustaría sin poder darme una ducha. Ocupo la mayor parte de mi espacio mental con las tareas básicas que me permiten sobrevivir: conseguir agua, baños y un espacio seguro para poder aparcar.

No, no estoy de vacaciones. Trabajo todos los días, apañándomelas lo mejor que puedo para buscar wifis abiertos. A veces me siento vulnerable. Ser una mujer sola me hace pensarme dos veces donde aparcar para dormir. Siempre dejo las llaves a mano, en caso de que tenga que arrancar el coche y salir pitando en mitad de la noche.

Eso si, he aprendido a medir al milímetro qué comida comprar para no tener basura innecesaria y ahora soy una experta en cocinar platos deliciosos usando solo un hornillo.

Pero lo mejor que me ha dado este estilo de vida es aprender a bajar mis expectativas. Estamos tan acostumbrados a vivir con las necesidades básicas cubiertas que ni siquiera reflexionamos acerca de lo increíble que es tener un grifo, un frigorífico o una cama esperándonos todas las noches. Cuando vives con muy poco, cualquier cosa por mínima que sea es un motivo para ser feliz.

stats