Carta a Pere Aragonés: 'Otra manera de votar'

Si no estábamos a tiempo de implantar el voto electrónico, se habrían podido adoptar otras medidas

Albert Om
2 min
Carta a Pere Aragonès: 'Una altra manera de votar'

Si todas las horas que ustedes se han pasado debatiendo sobre si se tenían que aplazar las elecciones las hubieran dedicado a reinventar la manera de votar de los ciudadanos, como tantas cosas hemos tenido que cambiar sobre la marcha durante la pandemia, quizás el 14-F no se habría tenido que suspender.

Es cierto que, durante estas semanas, la Generalitat se ha gastado mucho dinero en publicidad institucional para promocionar el voto por correo. No sé si le pasa a más gente, pero solo el nombre –voto por correo– ya me da pereza. Lo veo como de otra época. Si no estábamos a tiempo de implantar el voto electrónico, sí que se habrían podido adoptar de manera excepcional otras medidas menos ambiciosas, pero igualmente efectivas. Por ejemplo: poder votar durante toda una semana en los ayuntamientos o en los centros que se habilitaran pidiendo, si hace falta, cita previa, como hemos hecho para ir a ver una exposición. Habríamos podido disponer de urnas móviles con funcionarios autorizados que recogieran y certificaran los votos de los electores que están confinados en su casa, de los que viven en residencias o, incluso, de los que están ingresados en hospitales.

En una situación tan extraordinaria, no podíamos esperar votar de la manera en la que lo hemos hecho siempre. Había que innovar, reformar leyes que se escapan de las competencias de la Generalitat. Pero si los socialistas estaban tan interesados en mantener la fecha del 14-F, no habría sido difícil encontrar la complicidad del gobierno español para reinventar las elecciones, sin poner en riesgo la salud de nadie. Si somos capaces de poner en marcha una campaña de vacunación sin precedentes, también habríamos podido hacer esto. ¿O es que los ciudadanos no hemos reinventado los espacios de trabajo, las escuelas, los restaurantes, los festivales de música, la manera de hacer radio y tantas otras cosas, durante estos meses? ¿Por qué los gobiernos no han podido encontrar una manera alternativa de votar?

Si unos meses atrás me hubieran pedido si veía oportuno convocar elecciones anticipadas en plena pandemia, habría dicho que no. Porque los intereses políticos partidistas se mezclan con la salud y porque en campaña se habrían acabado echando los muertos a la cabeza. Pero se creó un clima de opinión político-mediático en el que parecía que no hubiera otra opción más que ir a votar y cuanto más rápido mejor. La última semana se ha generado justo el ambiente contrario, que las elecciones se tenían que aplazar tanto sí como no. ¿Los datos son peores? Sí. Pero si ahora podemos predecir cómo estarán los hospitales el 14-F, el 21-D –cuando usted firmó la convocatoria electoral– también se podía saber cómo estaríamos hoy.

P.D. Sabe mal que vuelva a parecer que la responsabilidad del aplazamiento de las elecciones es de los ciudadanos, de los excesos que se ve que cometimos durante las fiestas de Navidad. Vale la pena recordar que hicimos exactamente aquello que los políticos autorizaron que hiciéramos.

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