Catalunya vuelve a tener un presidente de ERC

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El hemiciclo aplaudiendo Pere Aragonés

La sesión de investidura de este viernes en el Parlament tenía un cierto regusto histórico. Catalunya vuelve a tener un presidente de Esquerra Republicana de Catalunya, el partido que fue hegemónico durante el periodo republicano con Macià y Companys, que mantuvo viva la llama de la Generalitat en el exilio con Irla y Tarradellas, que sobrevivió apenas a la Transición y que, partiendo de una posición minoritaria respecto a CiU y el PSC, vuelve ahora a ostentar el liderazgo de la principal institución del país. El abrazo entre el presidente del partido, Oriol Junqueras, y el que ahora es presidente del país, Pere Aragonès, resumía la complejidad del momento, con el primero en prisión a raíz de los hechos del 1-O y el segundo convirtiéndose en el primer presidente nacido después de la muerte de Franco.

Aragonès cuenta de entrada en mb la confianza de los 74 diputados independentistas que votaron a favor de su investidura (ERC, Junts y la CUP), pero se comprometió a gobernar "con mano extendida", mirando sobre todo a la bancada de los comuns y sin descartar al PSC para los grandes acuerdos de país. Y, sobre el Procés, advirtió a la CUP de que hay que "mantener los pies en la tierra" y aprovechar los "aprendizajes" de los últimos tiempos. Con estos dos mensajes, Aragonès marcó una línea divisoria muy clara con su predecesor, Quim Torra.

Aragonès, sin embargo, no lo tendrá fácil. Su gobierno de coalición con Junts se ha constituido después de un periodo de negociaciones (demasiado) largo que ha dejado heridas, tal como demuestra la carta que hizo pública Carles Puigdemont desde su exilio en Bélgica. Aun así, ahora es el momento de hacer tabula rasa, de empezar de cero y de reiniciar la actividad gubernamental con energías renovadas. El Govern tiene que combinar el liderazgo político, necesario para conducir la negociación con el Estado sobre el conflicto político, con la capacitación técnica para conseguir la excelencia en la gestión. Estas tienen que ser dos caras de la misma moneda, puesto que si una falla, es todo el Govern el que falla.

En este sentido, este viernes se ha conocido que un independiente, el antiguo director general de la Fundación La Caixa, Jaume Giró, ocupará la conselleria de Economía a propuesta de Junts. De entrada es una buena noticia que se busque talento fuera de los partidos y que alguien con su experiencia acepte un cargo público de tanta responsabilidad en un momento como el actual, cuando apenas estamos saliendo de la peor fase de la pandemia. Giró tendrá dos retos inmediatos. El primero, luchar para atraer el máximo de fondos europeos para Catalunya. Y el segundo, pactar unos presupuestos con la CUP.

Los próximos días se irán conociendo el resto de nombres del ejecutivo, con la incógnita principal situada en quien ocupará la vicepresidencia y el liderazgo de Junts en el Govern. Ojalá los currículums de los consellers lancen un mensaje claro a la sociedad: es la hora de arremangarse y empezar a trabajar por todo el país, con mirada larga y sin sectarismos. Con "valores republicanos", como defiende el presidente Aragonés.

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