ANTES DE AHORA

Disturbios universitarios pro amnistía (1931)

Piezas históricas

Informació a 'La Publicitat'
3 min
Dibujo alegórico en 'La Esquella de la Torratxa' (3-IV-1931).

De la información aparecida en La Publicidad (27-III-1931) tal día como ayer. Veinte días después se proclamaba la República. El rey Alfonso XIII había puesto al almirante Aznar ante un gobierno para gestionar la crisis de la monarquía tras la huida del dictador Primo de Rivera. Se intuía que en las elecciones del 12 de abril ganarían los republicanos. En ese clima expectante los estudiantes lideraban las manifestaciones pro amnistía. Esa semana La Esquella de la Torratxa incluyó a toda página un dibujo alegórico dedicado a los jóvenes universitarios líderes en la reivindicación de la amnistía.

Ayer, a primeras horas de la mañana, en la universidad y en la Facultad de Medicina, se notaba una remarcable excitación entre los estudiantes, provocada por los acontecimientos de Madrid en favor de la amnistía. En efecto, a las 10, cesaron las clases y fueron colocadas las declaraciones de huelga de 24 horas. Desde ese momento los estudiantes empezaron a proferir gritos de protesta, dirigiéndose al rectorado. Ante la creciente excitación, el doctor Soler i Batlle [rector] ordenó el cierre de la universidad. Al obedecer el orden los bedeles, fueron increpados por los estudiantes, que hicieron desistir del cierre. Entre tanto, en la Facultad de Medicina, unos alumnos se apoderaron con violencia del retrato de una alta personalidad del Estado [no se menciona cuál], y lo quemaron en medio de la vía pública, entre todo tipo de vivas y moris . Una vez hecho esto, los estudiantes de medicina se dirigieron por grupos hacia la universidad, donde fueron recibidos con vivas muestras de entusiasmo por compañeros de otras facultades. Reunidos unos y otros se organizó un mitin en el que hablaron algunos estudiantes en términos radicales y en el sentido de obtener la libertad de los presos políticos y sociales. Un gran contingente de escolares abandonaron entonces el edificio, organizando una manifestación que pasando por la calle Pelai, pretendía llegar a plaza de Catalunya. Presidía la comitiva una pancarta con esta inscripción: "Queremos la amnistía de los presos". Al llegar a Pelayo fueron obligados a recular ante una carga de la guardia de seguridad. La efervescencia crecía. [...] A las once y media, cerraron y cerraron las puertas del edificio y subieron al rectorado. Con una tronca y mesas de madera, los estudiantes intentaron abrir la puerta –de gran altura y forrada de zinc–. [...] Al cabo de un minuto entreabrían la puerta y penetraban en la sala del rectorado al son de La Marsellesa y todo tipo de gritos. [...] Se apoderaron del retrato del doctor Martínez Vargas [exrector], que fue arrancado y arrojado a la calle desde un ventanal. Exhibieron una inscripción republicana que fue saludada con entusiasmo por el público que desde la plaza aplaudía y se añadía a los gritos de los estudiantes. En vista de que seguía la agitación la guardia de caballería dio una carga a golpe de sable, pegando furiosamente a grupos de ciudadanos. Uno de ellos –el joven Ramon Gai, dependiente– resultó herido en la cabeza. [...] A pesar de la carga, los ciudadanos insistieron en aplaudir a los universitarios rebeldes. Éstos, al observar la evolución de la guardia, empezaron a lanzar piedras y hicieron blanco en un capitán, el cual se quitó el arma de fuego y apuntó a la universidad. Empezó un vivo tiroteo. Entre unos y otros se cruzaron una cincuentena de disparos. No hubieron heridos en ningún bando. Algunas balas impactaron en retratos de rectores expuestos allí desde hace años. Durante la batalla los profesores doctores Campillo, Diaz, Balcells, Soler y Batlle y otros, junto a periodistas y bedeles, se refugiaron en las habitaciones de estos funcionarios. Después de esto, el doctor Soler i Batlle aconsejó a los estudiantes que se retiraran ordenadamente y sin formar grupos por la puerta del jardín que da a Diputació. Le respondieron que querían salir juntos y por la puerta principal. A las dos de la tarde se retiraron pacíficamente, entre aplausos del público. [...]

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