Lo que es importante ahora es que lleguen las vacunas

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Un avión cargado de vacunas chinas llega al aeropuerto caraqueño , en Venezuela.

El Govern presentó este martes un plan de vacunación masiva para cuando llegue una cantidad suficiente de dosis, lo cual ahora no está pasando. En el mejor de los casos, según explicaron el vicepresidente en funciones de presidente, Pere Aragonès, y la consellera de Salud, Alba Vergés, se podría llegar a vacunar a medio millón de personas a la semana y cumplir así con el objetivo de tener la mayor parte de la población inmunizada en verano. El plan tiene como puntos destacados la habilitación de hasta seis grandes espacios, como por ejemplo el Camp Nou, como centros de vacunación masiva en zonas de alta densidad poblacional. Aun así, la gran pregunta continúa siendo cuándo llegarán las vacunas suficientes para poner en marcha este plan. La previsión es que las dosis lleguen en grandes cantidades a partir del mes de mayo, cuando los centros de producción de todas las vacunas aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA), también la de Janssen, trabajarán a pleno rendimiento.

No hay duda de que este calendario aporta un poco de luz y de optimismo a un proceso de vacunación que la población está percibiendo como exasperantemente lento, sobre todo comparado con países como el Reino Unido, Israel o Chile. La Unión Europea fue diligente a la hora de comprar las vacunas de forma conjunta, pero no lo ha estado a la hora de exigir a las farmacéuticas que cumplieran con los compromisos adquiridos. Esto, sumado al hecho de que los procesos para validar las vacunas de la EMA tardan dos o tres semanas más que otros países y que la vacunación se ha dejado en manos de las autoridades de cada país, ha dado como resultado un retraso que está comprometiendo la imagen de la UE en todo el mundo.

Además, hay que añadir que dos potencias de dudosas credenciales democráticas como Rusia y China están jugando bien la carta de la geopolítica con sus vacunas, y ganan espacios de influencia en África y América del Sur, hasta el punto que la misma Europa parece decidida a abrir sus puertas a la Sputnik V, la vacuna rusa. Una delegación de la EMA ha viajado a Rusia para comprobar la seguridad de las plantas de producción de la vacuna rusa, un paso previo a plantearse su aprobación. Es evidente que cuanta mayor disponibilidad de vacunas haya, mejor, pero también habrá que valorar a qué precio.

En definitiva, la crisis de las vacunas ha vuelto a poner de manifiesto que la pesada estructura burocrática de la UE es ineficaz cuando se trata de responder con rapidez a grandes desafíos como el de la pandemia. Se vio también con el tortuoso camino que se siguió para aprobar el plan de rescate de la economía con fondos europeos, un dinero que, por cierto, todavía no ha llegado. No sería justo, sin embargo, no reconocer que también ha habido cosas positivas, como la parada de un cargamento de vacunas de AstraZeneca con destino a Australia y la amenaza de hacer el mismo con el Reino Unido. Pero con el tiempo habrá que hacer balance de daños y ver cuál ha sido el coste en vidas humanas y en impacto económico de esta lentitud. Y, sobre todo, tomar medidas para que no se vuelva a producir en el futuro un fracaso parecido.

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