La crítica que han hecho Alberto Núñez Feijóo y su portavoz Miguel Tellado al viaje oficial de Pedro Sánchez a Mauritania deja desgraciadamente claro qué cabe esperar del PP en el debate sobre inmigración: un populismo chapucero y desbocado, que no tiene ningún inconveniente en contribuir a la confusión de la opinión pública sobre una cuestión tan delicada si a cambio puede sacarle beneficio político. En efecto, el que sigue siendo el partido más importante de España sigue mirando hacia Vox a la hora de fijar sus posicionamientos, por lo que Feijóo acusa a Sánchez de ir “en dirección contraria al resto de la Unión Europea”. Se refiere a la Unión Europea tal como la entienden Meloni, Orbán o Le Pen, que no dejan de ser, ciertamente, políticos que actúan dentro de la Unión Europea, pero lo hacen a modo de parásitos. Feijóo acusa a Sánchez (como podéis leer en el artículo de Aleix Moldes en este diario) de impulsar un “efecto llamada” a la inmigración irregular, en vez de “ir a África a luchar contra las mafias”, como debemos suponer que haría un buen patriota. Lástima que las referencias a la mafia no acaben de ser demasiado favorecedoras para el expresidente de la Xunta, que navegaba en el yate de Marcial Dorado pensando, según él mismo, “que solo era un contrabandista”, en vez de un narcotraficante. El potente entorno mediático de la derecha ultranacionalista española ha hecho correr también que Sánchez prometió, en Mauritania, doscientos cincuenta mil puestos de trabajo cada año a los inmigrantes africanos que llegaran a España desde ahora hasta el 2050. Se trata evidentemente de otra falsedad, pero es una de esas falsedades que calan con gran facilidad en una opinión pública bien conducida y predispuesta para creérsela.
Tellado, precisamente, tuvo una trifulca esta semana con su homólogo del PNV, Aitor Esteban, cuando acusó a los vascos poco menos que de apoyar al régimen antidemocrático de Maduro en Venezuela. La respuesta de Esteban a Tellado, en las redes, fue contundente: “A vosotros Venezuela os importa una higa. Simplemente la utilizáis para fisurar el bloque de gobierno [...]. Si así pretendéis lograr el voto del PNV a futuro... Eres un torpe”. El PNV había votado en la diputación permanente del martes en contra de las peticiones de comparecencia urgente que había presentado el PP contra Sánchez y distintos ministros. Los vascos votaron como todos los partidos del bloque de investidura menos Junts, que se desmarcó del posicionamiento explicitado por Esteban y votó a favor de cuatro de las peticiones de PP y Vox. Su portavoz, Míriam Nogueras, argumentó que Junts “no está dentro de ningún bloque español”, y una de dos: o eso es falso y votan pensando que puede ser interesante derribar el gobierno actual y provocar unas nuevas elecciones españolas en las que los grupos independentistas catalanes tendrían poco que rascar, o es cierto y votan pensando no en clave española, sino catalana. Concretamente, pensando en Aliança Catalana. La demagogia, en cualquier caso, es la clave del nuevo curso político.