

El PSOE, con Esquerra, había pactado condonar, en Catalunya, una parte del fondo de liquidez autonómico, el FLA, que es una de las cosas que nos tenían quejosos –creo que con razón– en aquellos tiempos en los que pedíamos la independencia. Se trata de "perdonar" parte de un crédito que el Estado concedió a las autonomías porque, al menos en el caso catalán, no le paga el dinero atrasado que le adeuda. Es perverso, sí.
Juntos encuentra que este pacto "es un levantamiento de camisa" y volver al "café para todos". Los del PP ya han explicado en un vídeo patético (nunca tendrán la gracia de sus colegas más a la derecha, esparciendo cagarrinas) cuántas escuelas y cuántas no sé qué se podrían hacer con ese dinero"del independentismo", como si en Catalunya, justamente, no hicieran falta escuelas, y como si a las otras comunidades, como Andalucía, no se les condonaran, también, ese dinero. Los comunes lo encuentran bien, pero consideran que es dinero que "hay que destinar a vivienda". Diría que no doy crédito, pero quizás debo decir que no doy fondos de liquidez.
¿Son migajas? Sin duda. Pescado en cueva? Sí. Con una diferencia. Antes quien le daba, éste pez en el cuerno, en Convergència, era el PP. Y es café para todos? Sí, ¿y qué? Y se destinarán –son cuatro duros– a lo que se considere, ¿no? Ninguno de esos políticos que se quejan, protestan, dictaminan y sentencian no cogen Cercanías todos los días, están esperando a que les avisen del CAP para hacer una resonancia, no tienen problema económico para hacer los brackets de los dientes de los hijos, ni los suyos, ahora que les ha salido –por fin– la casa les dice el buen día, no sufren por pagar las colonias. Seguro que pueden ir al teatro ya cenar dos veces al mes. A mí me encantaría ver el mundo con sus ojos. Quiero vivir como ellos, sacando dinero del cajero automático ajeno, porque no te viene de la comisión de cuatro euros.