Crisis en el Govern

Aragonès defiende la continuidad del Govern pero reclama a Junts "celeridad" en la decisión

Junts tiende la mano al 'president': "Todavía estamos a tiempo de arreglarlo"

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Última sesión del debate de política general

BarcelonaLa segunda jornada del debate de política general la acostumbran a protagonizar las segundas espadas de cada partido, puesto que los líderes son los protagonistas de la primera sesión, la que se celebró el lunes. Este viernes, sin embargo, el debate ha empezado con sorpresa: el president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha cambiado el guion habitual y ha pedido la palabra. Lo ha hecho para anunciar que quiere "continuar" gobernando con Junts, pero con una condición: que vuelva la estabilidad al ejecutivo. Es por eso que ha pedido a su socio de coalición "máxima celeridad" a la hora de aclarar si quiere o no salir del Govern. Junts le ha contestado con mano tendida, pero también le ha pedido que cumpla el acuerdo de Govern: "Todavía estamos a tiempo de arreglarlo", ha aseverado desde el atril el presidente del grupo parlamentario de Junts, Albert Batet.

"En momentos complicados siempre hay que dar la cara", ha dicho para empezar su discurso el president de la Generalitat. Esta ha sido la manera escogida por Aragonès de admitir que ha sido una semana muy complicada para el Govern, que ha quedado al límite de la ruptura. El hecho de que Junts le exigiera el lunes al presidente someterse a una cuestión de confianza abrió las hostilidades, que se agravaron cuando Aragonès respondió con el cese del vicepresidente, Jordi Puigneró. ¿En qué punto está el conflicto? Es difícil de medir, porque el president no ha querido entrar en detalles.

Declaraciones cruzadas entre Esquerra y Junts en medio de la crisis abierta en el Govern

Este viernes en el Parlament Aragonès ha tomado la palabra para dar un doble mensaje: quiere gobernar con Junts pero no a cualquier precio. Y un segundo dirigido a la ciudadanía: se compromete a que la Generalitat se centre en las cuestiones económicas y sociales y no las "dudas, debates y ruido" que se han generado en las últimas semanas. El president es consciente de que cada batalla con Junts deteriora la percepción que se tiene de su gabinete. "Asumo el compromiso de continuar defendiendo las instituciones de Catalunya y defendiendo un Govern cien por cien centrado en los problemas de la ciudadanía", ha resumido.

A pesar de todo, difícilmente tiene garantizado que el ruido se amortezca a corto plazo. Junts ha convocado una consulta a su militancia sobre la continuidad en el Govern que no se celebrará hasta finales de la semana que viene -6 y 7 de octubre-, y quiere que este margen de tiempo sirva para negociar con Aragonès un cambio de rumbo del ejecutivo en el ámbito nacional. Fuentes conocedoras aseguran que el president y el secretario general de Junts, Jordi Turull, ya tuvieron un primer contacto telefónico ayer noche y este viernes Batet ha asegurado que le hará llegar una propuesta de "concreciones" y "plazos" para que se cumplan las tres condiciones básicas, para ellos, del acuerdo de legislatura. Son la coordinación de los grupos parlamentarios de Esquerra y Junts en Madrid, la creación de una dirección estratégica del Procés y que la mesa de diálogo hable de autodeterminación y amnistía. Aún así, desde el Palau de la Generalitat ven poco margen para negociar: exigen a Junts que se retracte de la petición de una cuestión de confianza y la estabilidad vuelva a reinar.

Los presupuestos se complican

Si Aragonès difícilmente podrá cerrar ya el conflicto con Junts, tampoco la oposición se lo pondrá fácil, ya que ve en la debilidad del Govern una oportunidad para ganar terreno. El primero en evidenciarlo ha sido el primer secretario del PSC, Salvador Illa, que ha asegurado que el ejecutivo está en tiempo de descuento y ha deplorado el conflicto entre ERC y Junts: "En política se puede hacer todo menos el ridículo". Pero todavía le han complicado más las cosas los comuns. Su líder, Jéssica Albiach, ha dado por "congeladas" las negociaciones de los presupuestos del 2023 hasta que no se resuelva la crisis. Esto significa que el debate de política general podría no solo acabar con el Govern, sino también hacer saltar por los aires las cuentas públicas del año que viene.

Los detalles

La segunda jornada del debate del debate de política general de este viernes no ha sido el pleno maratoniano de 12 horas que fue el lunes. Aún así, ha dejado algún detalle remarcable. El escaño donde se sentaba el ya ex vicepresidente Puigneró, junto a Aragonès, no ha quedado vacante, ya que lo ha ocupado la consellera Laura Vilagrà. ERC quería que no se visualizara la imagen de un president en soledad. A pesar de todo, Junts ha forzado que quedara una silla vacía en el banco del Govern porque el conseller Jaume Giró también ha cambiado de asiento. Un resumen esmerado de la fotografía actual de la coalición: Junts y ERC todavía no han roto, pero están enrocados.

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