Parlament

Aragonès rechaza suprimir sucesiones y ya flirtea con los 'comuns' por los presupuestos

ERC y Junts airean sus diferencias con el diálogo a una semana de la reunión de la mesa

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, este miércoles al pleno del Parlamento .

BarcelonaCatalunya no suprimirá el impuesto de sucesiones. Así de tajante se ha mostrado este miércoles el president de la Generalitat, Pere Aragonès. Este posicionamiento no es nuevo, pero sí remarcable en el contexto actual, puesto que su socio en el Govern, Junts, este fin de semana se mostró partidario de la supresión. El president ha asegurado que respeta esta "posición de partido", pero que ni la comparte ni la aplicará porque no figura "en el plan de gobierno". Al margen de la cuestión fiscal, en la sesión de control al Govern de este miércoles en el Parlament también se ha escenificado el primer acercamiento entre Aragonès y los comuns para negociar los presupuestos del 2023. "Cuando Catalunya lo necesita, nosotros estamos. Extendemos la mano para los presupuestos", ha proclamado la líder de los comuns en la cámara, Jéssica Albiach. El president ha celebrado el ofrecimiento. En cambio, la CUP, que era el socio prioritario de la legislatura, ya lo ha dejado de ser ahora que apuesta por una "ruptura absoluta" con el ejecutivo.

El tema de los impuestos es el último factor que ha provocado la enésima división en el Govern. En su congreso del pasado fin de semana, Junts reivindicó la necesidad de suprimir el impuesto de sucesiones y rebajar los tipos más altos del IRPF –también los más bajos–. Aragonès, sin embargo, ha intentado cortar de raíz el debate este miércoles desde el Parlament. Su argumento es que, como no aparece en el plan de gobierno que pactaron en su día ERC y Junts, no se aplicará. De hecho, ha recordado que hace una década se suprimió sucesiones y, posteriormente, se reinstauró. Para él son tributos "redistributivos" y emblemas de un modelo tributario que "se tiene que consolidar". Aun así, también ha considerado que no es el momento de aumentar la presión fiscal, puesto que esa también es una línea roja para Junts per Catalunya.

La de este miércoles ha sido la última sesión de control al Govern antes de la parada parlamentaria estival. Cuando se retome la actividad en septiembre, uno de los principales dolores de cabeza del Govern será encontrar un socio para aprobar las cuentas. Con los cupaires autodescartados para negociar y sin que el Govern quiera grandes acuerdos con el PSC, los comuns vuelven a aparecer como los socios más plausibles. Hoy, Albiach ha escenificado que quiere jugar esta partida y Aragonès ha demostrado ser consciente de que pocas alternativas más tendrá. Bien al contrario, Salvador Illa ha reprochado al president la "insuficiente" tarea del Govern a la hora de combatir las consecuencias de la guerra de Ucrania.

Eso sí, los comuns han puesto cuatro condiciones para hablar: que se cumpla el acuerdo presupuestario vigente –que también pactaron los comuns y el Govern–, que sean unas cuentas "expansivas", que no se toque ni sucesiones ni donaciones, y que el Govern acepte "negociar desde el principio y no a última hora". Esta última condición es clave: los comuns quieren negociar de manera inminente y antes de que la Generalitat presente formalmente las cuentas, puesto que, una vez presentadas y distribuido el gasto entre departamentos, es mucho más complicado tocar las partidas. El conseller de Economía, Jaume Giró, ha iniciado la ronda de contactos ya con todos los grupos parlamentarios, pero todavía se están elaborando internamente las cuentas dentro del ejecutivo.

En definitiva, los de Jéssica Albiach quieren un papel preferente a la hora de negociar. Aragonès ha confirmado que la voluntad es "colaborar". Hay que tener en cuenta que el año pasado En Comú Podem entró en la ecuación a última hora, después de una negociación de meses entre Giró y los diputados cupaires que no llegó a ningún entendimiento. Además de algunas modificaciones presupuestarias, el intercambio más importante entre el Govern y los comuns fue la aprobación por parte de Esquerra de los presupuestos de Barcelona.

Las diferencias por el diálogo

La otra protagonista de la sesión de control ha sido la mesa de diálogo, puesto que los dos socios de Govern han vuelto a airear sus diferencias. El presidente del grupo parlamentario de Junts, Albert Batet, después de que su partido haya dado por liquidado este instrumento en el congreso del fin de semana, ha pedido a Aragonès que abandone la negociación con el gobierno español, puesto que su parecer suyo no ha dado ningún fruto. Se ha reafirmado en el hecho de que "la represión se mantiene" a raíz de las nuevas informaciones de la operación Catalunya sobre el montaje contra el exalcalde Xavier Trias y también el espionaje contra los líderes políticos. "Es majar en hierro frío", ha asegurado Batet, que ha instado al jefe del ejecutivo catalán a "reflexionar" y a tejer una alianza diferente con el resto de partidos independentistas.

El presidente del grupo parlamentario de Junts, Albert Batet, durante la intervención de réplica a Aragonès.

Pero Aragonès está convencido de que la mesa de diálogo es una buena estrategia y así lo ha dejado claro en el pleno: "Si hay una mínima posibilidad de resolver el conflicto, estaré". Así, ha instado de nuevo a Junts a incorporarse a la reunión prevista para la semana que viene, a pesar de que los de Laura Borràs ya han dejado claro que no estarán, y más si no pueden llevar la delegación que escogieron: Jordi Turull, Jordi Sànchez, Jordi Puigneró y Míriam Nogueras. Desde la presidencia de la Generalitat mantienen que solo pueden participar consellers y, de hecho, ayer martes la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, dijo que se ampliaría la delegación catalana con más consellers de Esquerra.

También el líder de ERC en la cámara, Josep Maria Jové, ha hecho una defensa del diálogo empezando su intervención con dos frases "prestadas" de dirigentes políticos de Junts en las que se apostaba por la negociación. No ha dicho de quién eran, pero se trata de tuits de hace tiempos de Jordi Turull y Laura Borràs –los dos principales líderes de JxCat– avalando la negociación con el Estado. La de Turull, por ejemplo, era de octubre de 2019 y decía que "diálogo, negociación y solución política es la vía para resolver el conflicto".

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