La batalla internacional entre el PP y Vox

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El senador Julen Rementería y Santiago Abascal

MadridLos que creen que Vox es una seta que responde a una determinada idiosincrasia hispánica o que es una simple reacción al Procés se equivocan. La extrema derecha es un fenómeno global que cuenta con fuertes redes de apoyo internacional, cada una con su acento concreto. Hay algunas más ultraliberales, ultracatólicas o anti algo: antiindígenas, antiinmigración, anticomunistas o antifeministas. Esto hace que las campañas de la extrema derecha, como las familias felices de Tostói, se parezcan mucho entre ellas, independientemente del país donde estén. Un determinado discurso o una fake news que ha funcionado en Brasil puede hacerlo igualmente en Chile, los Estados Unidos, España o Italia.

En el caso de Vox, su ámbito de referencia, en consonancia con el nacionalismo español más esencialista, es Hispanoamérica. Por eso es ahí donde ha empezado a trabajarse una red propia de apoyo, un fenómeno que no ha pasado desapercibido en el Congreso, donde hay diputados de izquierdas, como por ejemplo Gerardo Pisarello, que lo siguen con atención y otros del PP que lo ven con prevención porque les ha salido una fuerte competencia al otro lado del Atlántico.

Crisis en el PAN por Vox

En efecto, el PP ha tenido tradicionalmente una buena relación con los partidos conservadores sudamericanos y ha tenido en la Fundación por la Libertad que preside Mario Vargas Llosa su punta de lanza en el continente. En la convención que el PP celebró entre finales de septiembre y principios de octubre intervinieron, además del mismo Vargas Llosa, el expresidente mexicano Felipe Calderón, del Partido de Acción Nacional (PAN).

Precisamente Santiago Abascal había viajado a México el 3 de septiembre para presentar una iniciativa de la Fundación Disenso, el think tank del partido del que también es presidente: la Carta de Madrid. Este documento pretende ser un manifiesto que aglutine las fuerzas políticas y las personalidades que se oponen a los varios gobiernos de izquierdas del continente y al llamado Grupo de Puebla, un foro que reúne a personalidades como el expresidente brasileño Lula da Silva, el uruguayo José Mujica o el español José Luis Rodríguez Zapatero. "Una parte de la región está secuestrada por regímenes totalitarios de inspiración comunista", afirma la Carta, que ha recibido ya la adhesión de 8.000 personas, entre ellas sudamericanos establecidos en España que apoyan al partido como la escritora Zoe Valdés. Su objetivo, según Vox, es construir una alianza internacional para hacer frente al adelanto del comunismo en la "iberosfera".

Abascal fue recibido en el Senado mexicano por Julen Rementería, senador también del PAN, opositor al presidente Andrés Manuel López Obrador. Un total de 14 senadores más de la formación y un par de diputados del PRI firmaron la carta. Esta visita fue criticada por López Obrador, que afirmó que el PAN y Vox eran "lo mismo, casi fascistas", lo que provocó una crisis interna en el partido mexicano, que se acabó desmarcando del acto y diciendo que los asistentes habían ido "a título personal". El PAN fue víctima de la guerra que mantienen el PP y Vox en el ámbito internacional.

Pero el trabajo de Vox en Sudamérica viene de mucho antes. Delegaciones del partido y de la fundación ya han viajado a países como Ecuador o Perú. Uno de los más activos en este frente internacional es el eurodiputado Hermann Tertsch, que el 23 de septiembre fue recibido en Perú por diputados de extrema derecha y la ex candidata presidencial Keiko Fujimori, que se adhirieron a la Carta de Madrid. Otro de los apoyos de Vox en la región es Eduardo Bolsonaro, uno de los hijos del presidente brasileño.

Isabel Díaz Ayuso en Milán recibiendo el premio de la fundación relacionada con Atlas Network.

En esta lucha sepultada en el ámbito internacional entre Vox y el PP también ha irrumpido la nueva estrella de los populares, Isabel Díaz Ayuso. Si el 3 de septiembre Abascal estaba en México, el 13 Ayuso recibía en Milán un premio del Instituto Bruno Leoni, un think tank neoliberal vinculado a la red Atlas Network, de origen norteamericano y de inspiración reaganiana. A finales de mes la presidenta madrileña hizo un viaje de una semana a los Estados Unidos, donde acabó de perfilar su agenda en el exterior.

Una parte de la batalla entre los dos partidos se juega también en el tablero internacional.

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