La crisis de Sumar que puede acabar con Pedro Sánchez
Varias encuestas pronostican una derrota electoral del proyecto de Yolanda Díaz, que lucha por marcar perfil entre el PSOE y Podemos
MadridEl "ruido" mediático que persigue al PSOE no sólo complica la vida a Pedro Sánchez, sino que también repercute en Sumar. El socio minoritario de la coalición en el Estado ha tenido que capear la situación esta semana ante los embates de la derecha, que ha intentado salpicar a Yolanda Díaz situándola como "cómplice" de la presunta corrupción que atribuye a los socialistas. Las formaciones a la izquierda del PSOE admiten que este marco les perjudica y profundiza en la crisis que atraviesa este espacio político desde hace tiempo. Ahora bien, existen factores que van más allá de esta coyuntura y que pueden ser determinantes para que se pueda repetir una mayoría plurinacional en el Congreso. Las últimas encuestas publicadas por varios medios, de hecho, dibujan unas perspectivas catastróficas.
Según un sondeo de Ipsos para La Vanguardia, hecho a mediados de mayo, Sumar se quedaría con sólo cinco diputados en el Congreso, que en las elecciones del 23 de julio del 2023 concurrió bajo la misma marca, conseguiría dos yendo por separado. pronóstico que hace DYM para 20 minutos, que da entre 9 y 11 escaños en Sumar y entre 4 y 5 en Podemos en un escenario de mayoría absoluta del PP y Vox. Una encuesta del mes anterior hecha por SocioMétrica para El Español hunde algo más Sumar, a quien da siete escaños. Deja con cuatro la formación lila. La suma (11 diputados) también queda lejos de los 31 del 23-J pronósticos y recuerdan que antes de las últimas elecciones españolas todas las encuestas daban por hecho que Alberto Núñez Feijóo lograría gobernar y no lo está haciendo. Ahora bien, al mismo tiempo, dentro de este espacio político hay un reconocimiento de una situación que "les ocupa y les preocupa" a responder con "una política más a la ofensiva". Maíllo, que ha sido una voz crítica con Díaz pese a mantenerse firme en la defensa de la unidad, admitió que "hubieron podido hacer las cosas mucho mejor de lo que se han hecho".
Una de las críticas recurrentes que hace Izquierda Unida al proyecto de Sumar es que considera que es demasiado blando en algunas posiciones. Un reproche que también dan voces de otros partidos que integran el grupo parlamentario, como es el caso de Compromís. Esta semana, mientras Díaz y su núcleo duro mantuvieron inicialmente un perfil bajo ante las informaciones sobre una presunta trama socialista para desprestigiar a la Guardia Civil, tanto la formación valenciana como Izquierda Unida se les adelantaron y salieron a pedir explicaciones al partido de Sánchez. La vicepresidenta segunda tardó días en seguirles el paso con declaraciones este jueves. Con otros temas, como el posicionamiento ante el rearme, también se han vivido discrepancias internas y Esquerra Unida ha optado por levantar la voz por su cuenta.
En estos temas, Sumar queda atrapado entre el PSOE, al que está atado porque gobiernan juntos, y Podemos, que en su papel de oposición ha radicalizado su discurso con ataques frontales contra el ejecutivo del que había formado parte la anterior legislatura. "Gobernar con el PSOE siempre mata a la izquierda", apunta una voz de la cúpula de Sumar, que reflexiona sobre la necesidad de lograr que el electorado identifique a la parte minoritaria de la coalición como la garantía de que "se presiona" en la dirección del progreso social pese a la limitación de no tener presupuestos y, al mismo tiempo, sin caer en la corrida en la corrida en la libertad, en un nicho ideológico.
De momento Díaz se ha volcado en una gira por varios puntos del Estado para reivindicar la reducción de la jornada laboral, aún sin la garantía, por la oposición de Junts, que se pueda salir adelante. En materia de vivienda, Sumar choca con el intento del PSOE de llevar una iniciativa más tibia a través del ministerio que lidera la socialista Isabel Rodríguez. Las mismas fuentes de Sumar alegan que, más allá de impulsar medidas concretas, es preciso fijarse el objetivo de crear un relato que "ofrezca horizontes" ante una desafección política y una tendencia reaccionaria que, subrayan, es global.
La división interna
Ahora bien, Sumar también choca con el problema interno. En los últimos dos años, Díaz se ha visto obligada a gestionar la salida de Podemos y el malestar del resto de formaciones de la coalición, que durante meses le acusaron de carencia de democracia interna. Esto, sumado a los malos resultados de las elecciones europeas y autonómicas del año pasado, le forzaron a abandonar las responsabilidades orgánicas en Sumar ya reformular el proyecto. Por el momento los cambios de funcionamiento interno han apaciguado las quejas que llegaron a ser sonadas, pero las piezas que quedaron dentro del grupo parlamentario de Sumar evitan comprometerse abiertamente con el proyecto de Díaz cara a los próximos comicios españoles. Sumar, con motivo de su asamblea de hace un par de meses, hizo un llamamiento a la unidad, de la que Podemos parece cada día un poco más lejos.
Si finalmente se fragmenta el voto, será uno de los factores que harán bajar el número de escaños, advertía Maíllo. "Hay que priorizar los proyectos comunes a las filias y fobias. [...] Si uno es un obstáculo, debe dar un paso al lado", decía este viernes sobre la posibilidad de superar liderazgos desgastados sin enseñarle el camino de salida directamente a nadie. La enemistad entre Irene Montero y Yolanda Díaz es conocida, y la exministra de Igualdad también plantó a Maíllo en un acto hace un par de semanas en Andalucía. El partido lila defiende enconadamente la candidatura de Montero mientras que en Sumar no se ha proclamado oficialmente que lo será Díaz. Ahora bien, en su entorno da casi por supuesto que se postulará y, de momento, más allá de las insinuaciones de Maíllo, que abre la puerta a situar una cara nueva al frente de un proyecto unitario, ningún socio ha pedido al jefe de la vicepresidenta.
Las elecciones andaluzas del próximo año serán una prueba de fuego cara a las posibilidades de pacto en las próximas españolas. Mientras Sumar y Izquierda Unida están determinados a ir juntos, Podemos no parece dispuesto a ceder a sus peticiones. La foto final marcará las posteriores negociaciones en el Estado. Y de eso depende el futuro de Pedro Sánchez.