El impacto de la campaña de Puigdemont en la Catalunya del Nord: hablan los alcaldes
Los norcatalanes conocen al expresidente y hay más conciencia de catalanidad, pero el seguimiento es desigual
BarcelonaLa campaña del expresidente Carles Puigdemont se está celebrando en la Cataluña del Norte y sobre todo en la localidad de Argelès, pero ¿cómo la viven los habitantes del territorio? Varios alcaldes y un concejal de municipios norcatalanes han hablado con el ARA para comentar el seguimiento de los comicios del 12 de mayo y cómo ha ido evolucionando el sentimiento de catalanidad, que todas las personas consultadas afirman que ha tenido un resurgimiento.
El alcalde de Argelès, Antoine Parra, de tradición socialdemócrata, explica los "beneficios" para la población, también económicos. "Los que se dirigen a mí me felicitan por haberlo permitido", afirma, añadiendo que lo hizo por "sentido de deber democrático" y por "solidaridad". De hecho, no es la primera vez que el expresidente hace un acto en la población y en este caso Parra esperaba una "reacción más agresiva" de los que están alejados de la catalanidad. Atribuye la falta de quejas al gasto de los asistentes a los actos del pabellón municipal –alrededor de un millar al día de media–, que "pasean, comen, compran y hacen bien en la economía". Así, sostiene que "la campaña se está siguiendo con interés y curiosidad", sobre todo después de la "rabia" acumulada en 2017 por la represión contra el independentismo.
En cambio, el alcalde comunista de Elna, Nicolas Garcia, lamenta que "el impacto en la Catalunya del Nord es inferior a lo que podríamos esperar en términos mediáticos". Garcia, que ha acogido varios actos de Puigdemont e incluso el de presentación de su candidatura en las elecciones, analiza que la prensa local norcatalana como El Independiente no se está haciendo demasiado eco y "ahora no se habla, casi nadie en el departamento sabe que se hacen los mítines en Argelers más allá de esta villa". Cuando detectó un gran interés fue con el anuncio hecho desde Elna, por "el efecto sorpresa" con el primer acto y los 3.000 asistentes. Él ha defendido la causa catalana y ha hecho que su formación, el Partido Comunista, se solidarizara contra la represión. Lo que sí remarca son dos procesos en paralelo: "Tuvo mucho impacto en 2017; el referéndum, el exilio y la cárcel despertaron mucha conciencia" en el territorio, mientras que "globalmente, en los últimos años, hay ha más ganas de reivindicar la catalanidad, de impulsar la enseñanza en catalán".
La alcaldesa de Els Banys y Palaldà, Maria Costa, que es independiente, apunta que "la gente se informa, tiene interés" e incluso le llaman "muchos" habitantes para preguntarle la situación. Puigdemont también celebró un acto y, de hecho, Costa es vicepresidenta del Consejo de la República. Recuerda que en el acto de la villa, vecinos suyos acudieron para pedir una fotografía. De esta forma, detalla que es "muy seguida" esta campaña y "una renovación del vínculo muy fuerte del 2017 cuando Catalunya Nord era el santuario". "La gente ve a Puigdemont como De Gaulle, que luchó desde el exilio", argumenta, y cree que "es una figura familiar".
En cambio, el teniente de alcalde de Ceret y concejal de catalanidad, Martí Vilà, explica que "la gente está siguiendo muy poco la campaña y de manera general no se habla", con el añadido de que " ha el pesar del vínculo entre la catalanidad el independentismo". Por eso, dice que la prensa local sólo "lo pinta como una pincelada diaria breve". También recalca que "la gente quedó muy impactada en el 2017, aunque no hubo mucha reacción", y que "la cosa se va haciendo poco a poco para promocionar el catalán".
La catalanidad y la peregrinación a la Cataluña del Norte
Más allá de la campaña electoral catalana, Garcia explica la "peregrinación" catalanista que recibe Elna, por el "vínculo histórico" con Catalunya y por el vínculo después de la Guerra Civil y el exilio republicano: "Si vienen al Rosellón, vienen a Elna" . Asimismo, Vilà ve que ahora hay una apuesta institucional del departamento y la Oficina del Català de fomentar la lengua, pero avisa que en la mayoría de villas la catalanidad se vive como "el folclore" y "cuando es así es un recordatorio de la historia pasada, no un mantenimiento de la cultura". Donde sí ve "mucha vitalidad cultural y lingüística" es en el norte del Vallespir, en municipios como Elna, Prada de Conflent y Prats de Molló. De todas formas, el catalanismo político tiene un seguimiento "minoritario" con partidos propios, pero sí dice que "hay un movimiento de fondos para hacer un Estatut como el de los corsos" y "hay un resurgimiento con el sentimiento de catalanidad" , aunque en parte se vive "de forma geográfica".
Pero el resurgimiento se plasma en la demanda de estudiar catalán, que sube a todas partes. Así lo aprendió la hija de Parra, pero remarca una brecha generacional: "El sentimiento de catalanidad sube entre los más jóvenes mientras que los mayores tienen muy interiorizada la república [...] Los que tienen entre 30 y 50 años son muy más favorables a la independencia de Catalunya [sur]", remacha. Costa también comenta que "sube la conciencia de la catalanidad como parte de ellos mismos como el orgullo de ser" y "se ha superado el complejo de inferioridad francés". Sostiene que hay personas que no saben catalán y se sienten catalanas.