ERC se incomoda con Rufián, pero le mantiene la confianza

El partido le reclama que abandone el cuerpo a cuerpo con Puigdemont

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El coordinador nacional de ERC, Pere Aragonès, este lunes al Congreso  junto al portavoz parlamentario del grupo, Gabriel Rufián.

BarcelonaCuando empieza en el Parlamento la sesión de control al Govern, la única manera que hay de comunicarse con el president es por mensaje. Este miércoles, Pere Aragonès recibió uno de su equipo que lo ponía en alerta sobre el último exabrupto del líder de ERC en Madrid. Gabriel Rufián acababa de llamar "tarado" a Carles Puigdemont. Sin demasiado tiempo para articular y preparar bien una respuesta, cuando Aragonès fue interpelado sobre la polémica optó por la vía más contundente: desautorizarlo. No lo había hecho en dos polémicas anteriores de cariz similar. La duda razonable es, pues, esta: ¿está en cuestión el papel de Rufián?

Este último episodio ha incomodado al seno del partido, pero la dirección ha intentado cerrar la polémica este jueves. Cuestionar a Rufián ahora, además, sería tanto como dar alas a los planteamientos de Junts. Aragonès ha sido el primero: "Es evidente que son unas declaraciones que no comparto y fui muy explícito [...]. Para mí, tema cerrado, volvamos al trabajo", ha dicho en una entrevista con Catalunya Ràdio. El propio protagonista, Rufián, ha intentado también rebajar la polémica reiterando sus disculpas y mostrándose dispuesto, si hace falta, "a hablar con quien sea y pedir perdón mil veces más". Fuentes de su entorno defienden que ya se ha hecho evidente que fue "claramente una equivocación".

Sin embargo, esta vez Rufián se ha llevado algunas advertencias más contundentes que en otras ocasiones, en cuanto a su partido. Por ejemplo la de la secretaria general, Marta Rovira, que dijo que "nosotros [Esquerra] no nos podemos equivocar de adversarios, tampoco". O también de compañeros con escaño, como el diputado en el Parlament Rubén Wagensberg, que calificó el comentario de "indecente" y "repugnante". En esta ocasión, la sensación es que las palabras habían sido desafortunadas y que era difícil disimularlo. "No se puso bien. Es un comentario desacertado. No tiene ningún sentido ofender a una de las personas del 1-O", reflexiona otro diputado. "No es oportuno en el tiempo ni en el contenido", concede otro, puesto que ayer era el día que todo el protagonismo tenía que recaer en el acuerdo por el catalán.

Desde la dirección de ERC tienen la consigna de evitar al máximo el cuerpo a cuerpo con Puigdemont, puesto que ven más un riesgo que una oportunidad. "Y frivolizar es un error", explica una voz de Calàbria. Fuentes de la dirección, sin embargo, defienden que enseguida salió Aragonès a mover pieza para dejar el tema "cerrado" y añaden que con Rufián "la confianza está ahí".

El líder de ERC en Madrid también ha tenido en esta ocasión defensores explícitos. Por ejemplo su infatigable compañero de batallas, Joan Tardà, que el miércoles mismo decía que el hecho de haberse disculpado con rapidez "lo honora". "A nosotros, la gente de Junts también nos dice de todo y no se disculpan", reivindica un cargo importante del partido. Rufián es, desde el principio, uno de los activos más valorados por Junqueras porque cumple una de las misiones más preciadas para el líder republicano: penetrar en sectores de la población más bien refractarios a los postulados independentistas. "Llega a una gente a la que no llega nadie más de ERC", explica una voz republicana autorizada. En definitiva, tiene un megáfono que para el partido es decisivo, por mucho que a veces presente contrapartidas negativas. De hecho, en marzo Junqueras salió en defensa de Rufián en la que entonces era su última polémica: "Es un personaje extraordinario que hace un trabajo extraordinario".

Candidato en Santa Coloma

El papel de Rufián también se ha visto sacudido por otro factor: si nada se tuerce, será el candidato de ERC en las elecciones municipales de Santa Coloma de Gramenet. No sorprende la apuesta, pero sí que genera interrogantes sobre su futuro en Madrid. El esquema de partida, según varias fuentes consultadas, es que luche por la alcaldía -misión complicada, porque es un feudo del PSC- sin dejar el escaño en el Congreso. "Esto sale adelante sin ninguna discusión", explica una de estas fuentes. Incluso sin renunciar a ser candidato de nuevo en Madrid. Hoy por hoy, sin embargo, nadie quiere acabar de abrir las carpetas de las futuras elecciones. El interés de ERC es, por encima de todo, cerrar la de las polémicas con Carles Puigdemont. Y, si puede ser, que no se vuelva a abrir.

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