La extrema derecha convierte a Salt en lugar de peregrinación
La seguridad y la inmigración se asoman con fuerza en la política catalana

BarcelonaLos altercados de Salt a raíz del desahucio de un imán fueron una chispa que puso sobre la mesa problemas de seguridad que la derecha explotó y que la extrema derecha cogió como catapulta en contra del "islamismo". Se ve desde la semana pasada en el Parlament, en un contexto en el que se ha mezclado este asunto con el pacto migratorio de reparto de los menores migrantes y el acuerdo del traspaso de inmigración. Vox y Aliança Catalana han sido los más contundentes, mezclando inmigración, seguridad e islam, pero el PP también ha subido el tono. Mientras, Junts ha ido anunciando acuerdos migratorios, pero ha rehuido la escalada verbal. ¿Cómo está afectando Salt a la política catalana?
A raíz de los altercados, el PP y Vox han reclamado las comparecencias de la consellera de Interior, Núria Parlon, y el partido ultra también ha solicitado la comparecencia del presidente de la Generalitat, Salvador Illa. Y este sábado la parada final está en una manifestación islamófoba en Terrassa con el lema "No a la islamización". Igualmente, la líder de Aliança Catalana, Sílvia Orriols, denunció el papel de los "fanáticos musulmanes" en Salt, que "la situación es extremadamente grave" y "previsiblemente irá a más", y vinculó al islam a la "sustitución cultural y demográfica" que comporta, a su juicio, "inseguridad", fan. Aliança ha puesto en el punto de mira los "cursos de derechos humanos" a imanes que propuso el diputado e ideólogo juntero Agustí Colomines: desde Junts critican "el odio" de Orriols, empezando por Puigdemont.
Desde Vox tampoco tienen miramiento a la hora de calificar a las personas que se manifestaban en Salt de "barbarie" y el secretario general del partido ultra, Ignacio Garriga, incluso pidió a Isla en el pleno que les expulse de las calles de Catalunya, olvidando que Vox se opone frontalmente a ceder esta competencia. Garriga también acudió a Salt a peregrinar tras los incidentes, denunciando la "islamización" del municipio y situó a los musulmanes como aliados de Pedro Sánchez. Vox incluso trajo la ciudad gerundense en el Congreso de los Diputados de la mano de su líder, Santiago Abascal. ¿Por qué Salt es prioritario? El portavoz de Vox en el Parlament, Joan Garriga, asegura al ARA que "permite ver que hay barrios inaccesibles en los que el islamismo está muy presente y la ley islámica prevalece sobre la nacional".
Escalada dialéctica
Hace tiempo que el PP optó por sumarse a la escalada dialéctica contra la inmigración en lugar de rehuir un debate en el que Vox les lleva la líder. Esta semana el portavoz popular en el Parlament, Juan Fernández, ha definido a Salt de "polvorín" y ha advertido que los disturbios se pueden extender a otros lugares de Catalunya. "No podemos hacer una política de papeles para todos" y de "descontrol migratorio" que lleva "consecuencias" de "colapso de los servicios públicos, ruptura de la convivencia y problemas de seguridad", apuntan desde el PP. Siguiendo con el tema estrella de los últimos días, el líder popular catalán, Alejandro Fernández, también se comprometió a prohibir el burka y el pañuelo hiyab en los colegios.
"Si endurecemos el discurso es porque las cosas están peor", asegura el diputado del PP Alberto Villagrasa, responsable de seguridad del partido. "El problema de Salt no es puntual: en Salt, Terrassa, Sant Adrià del Besòs hay desorden", remacha. "No es un tema de inmigración, es un tema de inmigración descontrolada e ilegal", dice, apuntando también a la multirreincidencia.
Reacción política
Si entre el PP, Vox y Aliança compiten a menudo por ver quién la dice más gorda, Junts ha optado por una posición más prudente. Los junteros comparten gobierno de coalición en Salt con ERC, pero en un comunicado lamentaron el "vandalismo" y la ocupación ilegal, y pidieron al consistorio que "no se acepte el chantaje" de dar un piso al imán. El partido está trabajando en "un decálogo de derechos y deberes vinculados a empadronarse en un municipio". Sin embargo, algunos alcaldes junteros estallaron contra las declaraciones de la CUP que reivindicaban que se tiraran piedras a los Mossos en Salt, como el alcalde figuerense, Jordi Masquef; mientras que el de Calella, Marc Buch, reivindicó que Catalunya, cuando asuma las competencias en inmigración, demuestre que "sabe acoger a aquellos que vienen a sumar" y "que sabe expulsar a aquellos que vienen a delinquir".
Desde ERC, el alcalde de Salt, Jordi Viñas, también diputado, hizo un llamamiento a la calma, lamentó el "vandalismo" y desmintió noticias falsas como la cesión de un piso al imán. Ha hecho hincapié en las políticas de vivienda en el municipio. En cambio, la CUP ha denunciado la "insistencia" de Junts en la inmigración, a raíz del pacto migratorio, y los comunes han llegado a señalar un trasfondo "racista". El PSC se ha limitado a aplaudir a todos los pactos migratorios firmados con el PSOE.