Feijóo se presenta a la investidura con sabor a derrota

MadridAlberto Núñez Feijóo no imaginaba que el día que se sometiera a un debate de investidura en el Estado sería para presentar un proyecto de gobierno que, si no hay un giro de guión, no tiene ninguna opción de aplicarse. Que sería un debate para perfilarse como jefe de la oposición o, en el mejor de los casos para él, una carta de presentación para una repetición electoral. Tras el 23-J, el PP quedó desorientado al no haber cumplido las expectativas que el propio partido había generado, y la Moncloa le quedó demasiado lejos para ser un sueño realista. Para intentar reubicarse en el mapa político, Feijóo necesitaba que el rey Felipe VI le brindara una oportunidad como la del debate que comienza este martes. El escaparate para visibilizar la ofensiva contra Pedro Sánchez y cualquier alianza con el independentismo para firmar una ley de amnistía.

"Si nuestra investidura era necesaria, ahora es imprescindible. Defenderemos la Constitución, haremos cumplir el ordenamiento jurídico y la igualdad ante todos los españoles". "El único proyecto que puede frenar esa infamia es el nuestro". Feijóo pronunciaba estas dos frases el pasado jueves ante los medios de comunicación tras cargar contra el pleno que aprobó el uso del catalán, el vasco y el gallego en el Congreso. Dos afirmaciones que constatan que el debate que comienza este martes girará más en torno a un posible acuerdo entre el PSOE y el independentismo que en torno al proyecto de gobierno del PP. De hecho, la número 2 de los populares, Cuca Gamarra, ha afirmado este lunes que recibirán "con honor a los nodos", porque supondrán "no entregar España", tal y como denuncian que sí está dispuesto a hacer Sánchez. Éste ya fue el principal mensaje de Feijóo en el acto del domingo en Madrid, en el que presentó elamnistía como una "cacicada" y una "indignidad", y prometió a los suyos llegar a la presidencia del gobierno "ahora o pronto" para frenarla. El PP se volcó en torno a su líder, acompañado de miles de personas, y este martes al debate de investidura también asistirán la mayoría de varones territoriales del partido.

Llamamiento al transfuguismo

Al PP no le salen los números y, aunque el domingo Feijóo lo hizo de forma más sutil, el partido se abonó estos últimos días a los llamamientos al transfuguismo en las filas del PSOE, aprovechando la cruzada de Felipe González y Alfonso Guerra contra Sánchez. "Apelaremos a la conciencia de los dirigentes y las formaciones para que recapaciten y reflexionen", ha anotado Gamarra. Como hicieron cuando debía derogarse el delito de sedición, el flirteo con el transfuguismo ha vuelto ahora tras constatar que uno de los apoyos al que aspiraban, el del PNV, no llegará. Desde los pasillos del Congreso, la semana pasada miembros de la dirección del partido todavía insinuaban que ese apoyo podría ser posible. Aitor Esteban, portavoz de los jeltzales en el Congreso, tuvo que cortar de pura cepa cualquier especulación este fin de semana en un artículo publicado en varios diarios vascos, en el que lo volvió a negar rotundamente.

La ronda de contactos que mantuvo Feijóo con los grupos parlamentarios no sólo no le sirvió para arrancar los apoyos necesarios para ser investido, sino que se le acabó girando en su contra. Fue a raíz del lío sobre si el PP estaba dispuesto a hablar con Junts o no. El partido abrió la puerta durante semanas y, de hecho, incluso el propio Feijóo confirmó contactos entre cargos de ambas formaciones. El líder del PP, Alejandro Fernández, no dudó en levantar el dedo para criticar la decisión del partido. Feijóo acabó retrocediendo y rechazó hablar con los de Carles Puigdemont después de la conferencia que dio en Bruselas.

La alianza incómoda con Vox

Feijóo contará con el apoyo de los 33 diputados de Vox, el diputado de UPN y la de Coalición Canaria; en total, 172 votos insuficientes. Precisamente, el debate de esta semana también servirá para visualizar cómo la extrema derecha sigue siendo imprescindible para los populares. Una relación que genera incomodidad en el PP porque el partido aún no ha resuelto cómo debe relacionarse con Vox. A pesar de compartir hasta cinco gobiernos autonómicos y tener decenas de pactos en los municipios, el vínculo entre la formación de Santiago Abascal y el PP no es fluido, sino más bien tenso. Sin embargo, Feijóo agradeció el domingo a la extrema derecha su apoyo a la investidura pese a las discrepancias y sacó pecho de todos los gobiernos autonómicos y municipales que ha conformado el PP en todo el Estado, también los que comparte con Vox .

El partido de Santiago Abascal sabe que su apoyo de momento es imprescindible y está dispuesto a hacerle valer. Es precisamente la alianza con la extrema derecha a la que el PP no está dispuesto a renunciar a lo que expulsa de la ecuación a formaciones como el PNV y lo que hace que el PP quede aislado en el hemiciclo. Los focos en todo caso se los llevará esta semana Feijóo, antes de que llegue el turno de Sánchez.