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¿Guerra a Illa o mano tendida? El PP se abre a colaborar si se deja atrás el Procés

El poder local de Badalona y Castelldefels gana fuerza en el grupo

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Alberto Núñez Feijóo ayer en Badalona junto al alcalde, Xavier García Albiol, y el cabeza de lista para el 12-M, Alejandro Fernández.

BarcelonaA la espera de si se conforma un nuevo gobierno en Catalunya, el PP ya se ha activado para renovar liderazgos en el grupo parlamentario y trazar su propia línea política, también en lo que se refiere a la relación con el líder del PSC, Salvador Illa: ¿iniciarán una guerra total o le tenderán la mano? Lo que no harán es votarle en la investidura, salvo que rompa todos los pactos con los partidos independentistas, una cuestión difícil dado que garantizan la estabilidad de Pedro Sánchez en Madrid. Las condiciones del PP han sido las mismas desde la campaña electoral catalana y su líder, Alejandro Fernández ha avisado en varias ocasiones que no quiere "hacer el panoli" y dejarse "engañar" por Illa. Mantiene esta posición a pesar las presiones del españolismo civil, que ya pide una alianza unionista para llegar a la Generalitat.

Nada más lejos de la realidad. El propio secretario general del PP catalán, Santi Rodríguez, avisaba esta semana en una entrevista en RTVE de que el PSC ni siquiera les ha llamado porque "no tiene interés" en el PP. Además, los populares conservan el pesar que los socialistas no les alargaran la mano para forjar un pacto en la mesa del Parlament, donde consideran que les tocaba una secretaría en términos de proporcionalidad –al ser cuarta fuerza de la cámara.

Ahora bien, ¿qué pasará si arranca la legislatura y hay nuevo gobierno? Si Illa fuera investido con los votos de los comunes y Esquerra, no optarán por un bloqueo total para torpedearlo todo de entrada. Según fuentes consultadas, hoy por hoy los populares permanecen a la expectativa. Si se persiste en la línea ideológica de políticas independentistas o nacionalistas, avisan, les tendrán de frente. Sin embargo, si se habla de cuestiones de gestión, que sitúan como prioridad, y de los temas del "día a día", desde el PP se abren a colaborar con un ejecutivo de presidencia socialista. Todo dependerá de la forma en que la ecuación de pactos se traslade al Parlament, en caso de que no haya repetición electoral.

Equilibrio territorial y de poder

No es lo mismo disponer de tres diputados que tener 15 y ser el cuarto partido del país. Este crecimiento fruto de las elecciones del 12 de mayo ha permitido que dentro del grupo parlamentario exista una mayor representación territorial, un "equilibrio" que la formación destaca. En términos de reparto del poder, esto no ha desembocado en una preeminencia de Fernández en el grupo –solo la portavoz adjunta, Lorena Roldán, es de su estricta confianza–, sino que ha implicado una mayor ascendencia de los principales poderes locales del PP.

Alejandro Fernández hará tándem con un nuevo portavoz que es de la máxima confianza del alcalde de Badalona, Xavier García Albiol: se trata de Juan Fernández, primer teniente de alcaldía del consistorio y con carrera municipal de dos décadas. Esto evidencia la ascendencia que toma Albiol en el grupo de la cámara catalana, que también cuenta con la cuarta teniente de alcaldía de su ciudad, Rosa del Amo, como diputada. No es el único dirigente del territorio con influencia, sin embargo, en el PP en el Parlament: la formación ha querido poner de portavoz adjunto al alcalde de Castelldefels, Manu Reyes.

También se refleja la huella del líder en el Estado, Alberto Núñez Feijóo, y de la cabeza de lista a las europeas, Dolors Montserrat. Se constata con la irrupción de caras nuevas en Catalunya como el tarraconense hasta ahora diputado en el Congreso Pere Lluís Huguet –un fichaje de Feijóo– o Hugo Manchón, ex asesor de Montserrat. Asimismo, hay dirigentes territoriales con voz propia como Jaume Veray de Girona u otros diputados que representan el territorio como Montse Berenguer por Lleida y Pau Ferran por la Catalunya Central.

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