Crítica TV

El mitin de Díaz Ayuso en 'El hormiguero'

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Isabel Díaz Ayuso durante su participación a 'El Hormiguero'

Pablo Motos empezó como cada anochecer bailando el Stayin’ alive de Saturday night fever e Isabel Díaz Ayuso apareció con un estilismo digno de Olivia Newton-John en la última escena de Grease. El público de El hormiguero la recibió con gritos entusiasmados de “¡Presidenta! ¡Presidenta!” Y Motos añadió, cuando la tuvo sentada a la mesa: “Te aplauden por la calle...” En tres minutos hicieron dos pausas de publicidad antes de empezar a conversar para garantizar que después acumularían la audiencia. Motos bromeó diciendo que aprovecharía los anuncios para pedir a la claque que no aplaudiera cada respuesta de la invitada. Subrayaba así el furor que había despertado la presidenta de la Comunidad de Madrid.

El boxeo

A las preguntas de Motos, cada respuesta era un mitin y un mensaje rotundo en clave electoral. La política del PP era hábil a la hora de filtrar el argumento que quería fuera cual fuera la pregunta, con claridad, concisión y contundencia. Reiteró las palabras libre y libertad a la hora de definirse a ella misma y la esencia de su proyecto. 

Comunicaba bien y cada dos por tres repetía hasta qué punto la gente le agradece y le reconoce su gestión. Confesó que ha empezado a practicar boxeo por las mañanas y, ciertamente, parecía haber aterrizado en el programa de las hormigas para repartir unos cuantos uppercuts y ganchos. Quien recibió con contundencia fue Pedro Sánchez, y a la primera colleja, en la que lo acusaba de mentiroso, la claque que se había conseguido contener estalló con entusiasmo otra vez. 

Poder de convicción

Motos, con sus preguntas (y ni una sola repregunta), hizo un control de calidad al PP y a la gestión política de la invitada indiscutible. Pero, a medida que cogía impulso la retórica de Ayuso, él iba quedando más hipnotizado por el poder de convicción de la presidenta de la Comunidad. 

La entrevista fue más larga de lo que acostumbra a ser habitual en el programa, una hora larga y con Ayuso con el piloto automático. “Esta noche tenemos un programa de traca”, había dicho Pablo Motos apenas empezar el espacio. Y, efectivamente, el masaje fue difícil de olvidar.

La entrevista culminó con un juego en el que la invitada tenía que adivinar temas musicales en función de las primeras notas de la canción. Ayuso las identificó todas a una velocidad sorpresiva. Un ejercicio de lucimiento de la invitada más chulapona. Al final, cuando las hormigas salieron de debajo de la mesa, le acabaron de arreglar la noche. Ayuso, que se ha definido a ella misma como tabernaria homenajeando la vida nocturna y cervecera de la capital, hizo gala de su espíritu consiguiendo que la mesa de El hormiguero se convirtiera en la barra de bar ideal donde hacer amigos.

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